Una serie de gigantescas manchas solares, las mayores aparecidas en años, han sido detectadas en el Sol durante el pasado fin de semana. Por lo menos cuatro de ellas tienen un diámetro mayor que el de nuestro planeta y el potencial para generar llamaradas de intensidad X, las mayores que es capaz de producir el Sol. Los expertos alertan de los posibles riesgos y recomiendan que se tomen precauciones.
Las gigantescas manchas solares detectadas en el Sol
Llamado AR1476,
el oscuro grupo de manchas mide más de 100.000 km de extremo a extremo.
Las enormes manchas aparecieron, debido a la rotación solar, en la cara
visible del Sol durante el pasado fin de semana y en los próximos días esa misma rotación las colocará justo en la dirección de la Tierra.
La
región más activa de AR1476 ya ha generado varias erupciones de clase
M, las segundas más potentes. Según su intensidad (que depende del flujo
de rayos X emitidos, medidos en watios por metro cuadrado) las
llamaradas solares pueden ser de categoría A, B, C, M y X. Cada clase,
subdividida a su vez en números del 1 al 9, es diez veces más potente
que la anterior. En la imagen sobre estas líneas, tomada por el
astrónomo Alan Friedman, las manchas son perfectamente visibles.
Expertos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA)
de los Estados Unidos estiman que existe un 75% de probabilidades de
que las manchas generen más llamaradas de la clase M durante las
próximas 24 horas. Y un 10% de probabilidades de llamaradas de clase X.
Ardientes nubes de plasma
Las erupciones solares provocan la expulsión de una gran cantidad de materia solar al espacio. El fenómeno, conocido como Eyección de Masa Coronal (CME)
es capaz de proyectar fuera del Sol una ingente cantidad de materia y
radiación a una velocidad de miles de km. por hora. Cuando las
llamaradas solares apuntan hacia la Tierra, esas ardientes nubes de
plasma pueden llegar hasta nuestro planeta y causar daños en los satélites de comunicaciones y en los sistemas eléctricos.
El escudo magnético de la Tierra, la magnetosfera,
es capaz de protegernos de una gran parte de las CME que llegan hasta
aquí, desviándolas hacia los polos y provocando espectaculares auroras.
Sin embargo, si una CME es lo suficientemente fuerte y su campo
magnético está alineado con el terrestre, puede penetrar a través de
nuestro escudo natural llegar a la superficie y causar graves daños.