Cuando se habla de vacunas contra el cáncer se suele pensar en las
específicamente dirigidas a que el sistema inmunitario ataque las
células oncológicas. Pero hay otra variante, mucho más sencilla y
desarrollada: las que evitan infecciones que van a ser, a su vez, causa
de tumores. El caso más claro es la inmunización contra el virus del
papiloma o la hepatitis. Y es que los agentes infecciosos son
responsables de dos millones de casos de cáncer en el mundo. De los 7,5
millones que este conjunto de enfermedades causó en 2008 en el mundo,
aproximadamente 1,5 millones se podía haber evitado combatiendo la
infección previa. Los datos, que publica The Lancet Oncology,
son un compendio de estudios dirigidos por Catherine de Martel y Martyn
Plummer, de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el
Cáncer de Francia (IARC por sus siglas en francés).
El hecho de que se trata de una consecuencia de una enfermedad fácilmente prevenible, como lo son muchas infecciones víricas (mediante vacunas), bacterianas (con antibióticos) o de otro origen hace que el reparto del impacto entre los países dependa de la capacidad de los sistemas sanitarios. Por eso, mientras en Australia y Nueva Zelanda la proporción de tumores de origen infeccioso es de poco más del 3%, en África llega hasta el 32,7%.
En esta línea, Goodarz Danaei, de la Facultad de Medicina de Harvard, indica que el estudio demuestra que es posible combatir el cáncer extendiendo programas preventivos sencillos, con especial incidencia en la ampliación de la cobertura para las vacunas de la hepatitis B y el papiloma, que son responsables de gran proporción de los tumores hepáticos y genitales.
El hecho de que se trata de una consecuencia de una enfermedad fácilmente prevenible, como lo son muchas infecciones víricas (mediante vacunas), bacterianas (con antibióticos) o de otro origen hace que el reparto del impacto entre los países dependa de la capacidad de los sistemas sanitarios. Por eso, mientras en Australia y Nueva Zelanda la proporción de tumores de origen infeccioso es de poco más del 3%, en África llega hasta el 32,7%.
En esta línea, Goodarz Danaei, de la Facultad de Medicina de Harvard, indica que el estudio demuestra que es posible combatir el cáncer extendiendo programas preventivos sencillos, con especial incidencia en la ampliación de la cobertura para las vacunas de la hepatitis B y el papiloma, que son responsables de gran proporción de los tumores hepáticos y genitales.