¿Pueden
los agujeros negros supermasivos que hay en el centro de muchas
galaxias ser una fuente de vida? Un estudio llevado a cabo por
investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian parece
indicar que sí. El trabajo, recién publicado en The Astrophysical
Journal, sostiene que los gases que escapan de un agujero negro, justo
en el borde de su horizonte de sucesos, contribuyen a "sembrar" el
espacio de los elementos químicos necesarios para el desarrollo de estrellas, planetas y, finalmente, de vida.
Los agujeros negros del centro de las galaxias pueden ser responsables de
diseminar los elementos imprescindibles para la vida
Justo
después del Big Bang, el Universo sólo contenía hidrógeno y helio, los
elementos más simples que existen. Los materiales más pesados, a partir
de los que se pueden formar planetas y seres vivientes, tuvieron que ser
"cocinados" en el interior de los hornos nucleares de las primeras estrellas, y dispersados después por todo el espacio para ir formando gradualmente nuevas estrellas y planetas.
En su estudio, los investigadores sostienen que los agujeros negros podrían haber sido cruciales precisamente para este proceso de "distribución" de materiales por todo el Universo.
Ahora
bien, cómo puede un agujero negro, cuya principal característica es la
de "devorar" todo cuanto le rodea, contribuir a dispersar esos elementos
(o cualquier otra cosa) por el espacio? La respuesta está justo en la
"frontera" del agujero negro, un límite llamado "horizonte de sucesos" y que supone un auténtico punto de no retorno para cualquier materia (o radiación) que se atreva a cruzarlo.
Una
vez superado ese límite, nada podrá ya escapar de la inmensa atracción
gravitatoria del agujero negro. Sin embargo, y con la energía
suficiente, la materia sí que puede aún escapar justo antes de cruzar ese punto fatídico.
“Una de las mayores cuestiones de la cosmología es averiguar cuánta influencia ejercen los agujeros negros masivos
en su alrededor”, afirma Martin Elvis, del Centro de Astrofísica
Harvard-Smithsonian y coautor del estudio. “Esta investigación ayudará a
responder a esa pregunta”.
Los
investigadores, encabezados por Yair Krongold, de la Universidad
Nacional Autónoma de México, creen que los "vientos" de materia caliente
que proceden de los grandes agujeros negros que hay en los centros
galácticos están en condiciones de dispersar, en el vasto espacio
intergaláctico, elementos como el carbono y el oxígeno, fundamentales para la vida tal y como la conocemos.
Para
llegar a estas conclusienes, los científicos utilizaron los datos del
satélite XMM-Newton de la Agencia Espacial Europea para estudiar un
agujero negro en concreto, el que reposa en el centro de la galaxia NGC
4051 (en la imagen). Y hallaron una cantidad de gas que estaba
"escapando" y que parecía proceder de una zona mucho más próxima al agujero negro de lo que se creía posible.
De hecho, localizaron la fuente del flujo gaseoso a unos 2.000 radios de Schwarzschild
(el ya citado punto de no retorno) del agujero negro, lo que equivale a
más de cinco veces la órbita de Neptuno. En el caso del agujero negro
NGC 4051, esa dstancia es de 6,4 millones de km.
Krongold
y su equipo deerminaron que NGC 4051 expulsa hacia el espacio exterior
entre un 2 y un 5 por ciento de todo el material de acreción que le
rodea. El resto es una simple cuestión de cálculo: a millones de km. por
hora y durante muchos miles de años, los "vientos" de los agujeros
negros masivos que hay en el centro de las galaxias (que se cuentan por
billones) pueden haber diseminado por todo el universo una cantidad inmensa de materiales y elementos químicos.
Materiales
que, más tarde, pudieron condensarse en nebulosas para dar lugar a
nuevas estrellas, planetas y, por lo menos en el caso de la Tierra, la vida.