jueves, julio 12, 2012

El grafeno es capaz de repararse a sí mismo

El premio Nobel Konstantin Novoselov ha comprobado cómo un agujero en este supermaterial se cierra solo.

¿Acaso hay algo que el grafeno no pueda hacer? Hay conceptos que lo ubican en transistores, memristores, baterías, circuitos y memorias. También puede desalinizar agua, o formar parte de armaduras extremadamente livianas y resistentes. Ahora, han descubierto que también puede repararse a sí mismo. Un equipo de la Universidad de Manchester, liderado por una eminencia en este campo como es Konstantin Novoselov, ha descubierto que después de hacer un pequeño agujero en una lámina de grafeno, solo fue necesario agregar carbono para que este material pueda “tejer” el agujero y cerrarlo.

Unos pocos átomos de carbono después, la lámina de grafeno cerró el agujero a la perfección

“El componente milagroso”, “el material de Dios”... el grafeno ya tiene su cuota de nombres coloridos, y los seguirá teniendo a medida que se descubran más aplicaciones para este sorprendente alótropo del carbono. Como ha sucedido con otros tantos materiales, el grafeno todavía debe superar las barreras de la producción en masa y el bajo costo. La historia nos muestra que otros materiales han estado en una situación similar (a modo de ejemplo, el aluminio llegó a ser más caro que el oro antes del descubrimiento del proceso Hall–Héroult), pero ya se están explorando métodos que podrían disparar la producción de grafeno en el corto plazo. Se le conocen propiedades extraordinarias, aunque recientemente se ha descubierto otra virtud más en el grafeno: Puede repararse a sí mismo, sin estimulación alguna.

El descubrimiento fue realizado por un equipo de físicos de la Universidad de Manchester, cuyo líder es nada menos que Konstantin Novoselov, Premio Nobel de Física en 2010, y un nombre recurrente en nuestro sitio cada vez que se menciona al grafeno. El equipo decidió disparar un rayo de electrones sobre una lámina de grafeno, causando un pequeño agujero en ella. Al agregar átomos de paladio y níquel, lograron estabilizar el tamaño del agujero. Sin embargo, cuando agregaron algunos átomos de carbono al agujero, el paladio y el níquel fueron desplazados, provocando que el grafeno comenzara a “tejer” el agujero, cerrándolo por completo.

 

 

Mejor cuanto más puro


La “calidad” de la reparación depende del tipo de carbono introducido. Si el carbono es puro, el patrón es exactamente igual al que exhibe la lámina de grafeno, pero cuando usaron un hidrocarburo, el patrón fue mucho menos uniforme. Esto ha llevado a los físicos a preguntarse si tal vez, todo lo que se necesita para fabricar grafeno sea proveer al material de una base sólida, para luego introducir carbono puro y dejar que actúe por su cuenta. Por supuesto, esto también nos hace pensar en una enorme cantidad de aplicaciones, pero si todo lo que necesita el grafeno para repararse a sí mismo es una fuente de átomos de carbono, entonces su utilidad habrá saltado varios escalones de un solo movimiento.