martes, julio 24, 2012

Las terribles consecuencias de NO curar la parasitosis a tiempo

Tener bichos, amibas o una famosa solitaria en el estómago, podría ser más peligroso de lo que crees.

La vida nunca dejará de sorprendernos y más aún cuando leemos cosas como las publicadas en diariosalta.com, en donde se hace un recuento de los insectos más grandes que existen y uno de ellos es la llamada Diphyllobothrium latum, popularmente conocida como solitaria, parásito que se alberga en el cuerpo humano y que puede llegar a medir hasta 18 metros de longitud.

¿Te imaginas que uno de estos bichos viviera en tu interior sin que tú lo sepas? Aunque no lo creas, se trata de un padecimiento de salud muy común que se da en todos los seres humanos, del que pocos pueden escapar; datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 20 y 50 por ciento del total de la población guarda en su organismo algún tipo de parásito.

En una entrevista al médico cirujano y especialista en parasitosis, el doctor Alejandro Amado de León, quien habló sobre este problema de salud en general, así como de las terribles consecuencias que pudieran devenir, si no es erradicado a tiempo.


Para empezar, un parásito es un ser vivo que vive en otro provocándole daño. En el caso de las personas, se instalan en el interior del organismo y para sobrevivir, se nutren de lo que las personas se alimentan, "robándose" los nutrientes directamente del sistema digestivo, pues la mayoría se alojan ahí, o bien, por medio de la sangre, mal al que los especialistas han bautizado como parasitosis.

El doctor aclaró que un parásito entra al organismo sólo a través de dos vías, por la boca, cuando ingerimos algo que los contenga, y también por el ano, ya que es por ahí por donde salen los huevecillos de estos seres vivos, los cuales se propagan debido a una mala higiene corporal.

"Por lo regular, los huevecillos son depositados por las noches alrededor del ano y si entramos en contacto con esta parte del cuerpo sin darnos cuenta y no nos lavamos las manos, nos convertimos en un gran foco de infección que anda propagando parásitos por donde quiera", agregó el especialista.


Aunque existen varios tipos de parásitos, el médico señala que para comprender el tema, se dividen en dos grandes ramas de acuerdo a sus características biológicas. Primero encontramos los llamados protozoarios, organismos unicelulares que tienen la capacidad de cumplir diversas funciones para asegurar la persistencia de la especie (las más famosas son las amibas) y en segundo lugar encontramos a los helmintos, mejor conocidas como lombrices, organismos pluricelulares más complejos que los nombrados anteriormente.

¿Cómo saber si tengo parásitos? El doctor Amado de León enlistó algunos de los síntomas para detectarlos:

1. Dolor abdominal moderado y distención de esta zona del cuerpo.
2. Indigestión.
3. Pequeños periodos alternados de diarrea y estreñimiento.
4. Sensación de debilidad o cansancio, ya que los parásitos están consumiendo todos esos nutrientes que nos ayudan a sentir bien.

"Todos estos síntomas en realidad son muy difusos, ya que no son exclusivos de la parasitosis y pueden confundirse con los de cualquier otro malestar y por lo tanto, la gente no les da la importancia que se merecen y no reciben el tratamiento adecuado", indicó.
 

Esta situación genera un riesgo latente y persistente, ya que el contagio persiste, sobretodo entre las personas con las que convivimos a diario, lo cual perpetúa la enfermedad.

"En México, se considera a la parasitosis como la segunda causa de enfermedades infecto contagiosas entre la población, sólo por debajo de todas las enfermedades respiratorias comunes, tales como la gripa o tos", enfatizó el doctor.

 ¿Cómo es que el cuerpo contrae parásitos? Además de la falta de higiene, carecer de agua potable, no tener acceso a servicios de salud, la falta de drenaje, regar cultivos con aguas negras y que los depósitos de agua se encuentren a la intemperie son algunas de las causas más comunes de cómo podemos adquirirlos.

"En zonas de alta marginación, me ha tocado ver a niños que al toser, arrojan lombrices, pues todo su organismo está lleno de parásitos, una situación que pone en extremo peligro su vida", señaló.


Aunque cualquier persona puede padecer una parasitosis, son los adultos jóvenes que andan siempre en la calle, comiendo en lo que sea y andando en transporte público, así como los bebés de uno a tres años de edad, que comienzan a gatear y se llevan todo a la boca, los sectores más propensos de sufrirlo.

Si la parasitosis no es controlada a tiempo, podría derivar en los siguientes problemas de salud:

1. La persona presentará desnutrición o anemia.

2. Cuando el número de parásitos es muy grande, llegan a aglutinarse, lo cual crea un tapón en el intestino, obstruyendo el tránsito en la región, situación que sólo podrá solventarse mediante cirugía.

3. Los parásitos pueden salir del intestino y por medio de la sangre, viajan hacia otros órganos, tales como el cerebro, hígado y pulmones, los cuales comienzan a comérselos poco a poco. Esta situación se da en un porcentaje muy pequeño de la población, cuyo riesgo de fallecer es muy elevado.
 

"Muchos podemos vivir con parásitos muchos años, prácticamente toda nuestra vida, sin tener ningún tipo de complicación, pero no conviene ponernos en riesgo, más sabiendo que es sencillo prevenirlo", comentó el doctor.

Prevenir la parasitosis es muy sencillo. Existen una serie de medicamentos que con ingerir dos pastillas en tan sólo un día, nos protegerán de la presencia de bichos en nuestro organismo, práctica que se recomienda hacer cada seis meses, a la cual deben unirse todos los integrantes de la familia para que el efecto sea el adecuado.

Otras medidas preventivas son:

Lavarse las manos antes de comer, después de ir al baño y al concluir cualquier tipo de actividad.
No consumir verduras o carnes crudas, ni frutas sin lavar o desinfectar.
Hervir el agua que consumimos mínimo 10 minutos o clorarla.
Preferiblemente, no comer en la calle.
No almacenar basura en casa para evitar generar plagas de animales que se encargan de transmitir parásitos.
No andar descansos por terrenos en donde proliferan las larvas.