"En ningún momento se ha demostrado que la radiación del microondas produzca o acelere algún tipo de cáncer", asegura el doctor Mario Bruno.
Mucho se ha hablado y escrito sobre radiaciones y cáncer. Llamamos
radiación a la liberación de energía desde distintas fuentes. Cuando se
asocia radiación y cáncer, suele relacionarse esta enfermedad con
materiales radiactivos o los reactores nucleares. Sin embargo, existen
distintos tipos de radiación y muchas de ellas no están relacionadas con
el cáncer. Las radiaciones tienen un amplio espectro llamado
electromagnético, que va desde la radiación de muy alta energía,
también llamada de alta frecuencia, a la radiación de muy baja
energía, también llamada de baja frecuencia. Desde las de más alta a
las de más baja energía, las principales formas de radiación son:
* Rayos Gamma, Rayos X, Rayos ultravioleta (UV), Luz visible,
* Rayos infrarrojos, Microondas, Ondas de radiofrecuencia (radio),
* Radiación de frecuencia extremadamente baja (ELF, siglas en inglés).
El
dato más importante a tener en cuenta, en relación a si afecta o no la
salud, es establecer si la radiación es o no ionizante. La radiación
ionizante es aquella que tiene energía suficiente para despojar los
electrones de una molécula, transformándolas en inestables, con rápidos
cambios químicos, dañando el ADN de las células, hecho que puede
concluir en cáncer. Las variantes de radiación ionizante incluyen los
rayos Gamma, los rayos X, algunos rayos UV de alta energía y algunas
partículas subatómicas tales como las partículas alfa y los protones. La
radiación no-ionizante es aquella de baja frecuencia que no tiene
suficiente energía para causar daño directo al ADN por lo que no
produce cáncer. Los tipos de radiación no-ionizante incluyen los rayos
ultravioleta de baja energía, la luz visible, rayos infrarrojos y ondas
radiales.
Se ha planteado la preocupación sobre una posible
relación entre algunos tipos de radiación no-ionizante y el cáncer. No
hay claridad sobre la forma en que esto podría ocurrir. La radiación
no-ionizante no daña el ADN en forma directa, pero puede afectar a las
células de otras formas. Mucho se habla sobre el tema de la posible
relación entre algunos tipos de radiación no-ionizante y el cáncer.
Pero hasta el momento no se ha establecido que la radiación no-ionizante
pueda causar cáncer.
Respecto al microondas, la radiación emitida
por estos hornos es no-ionizante, del mismo tipo que la emitida por los
teléfonos celulares, con niveles de energía similares a los de las
ondas radiales y a los de las ondas infrarrojas y, como las demás
formas de radiación no-ionizante, no tienen suficiente energía para
causar daño directo al ADN. Por lo tanto, no producen cáncer. La
radiación de microondas se usa en hornos microondas y en equipos de
radar. Los teléfonos celulares pueden asimismo usar ciertas microondas
de baja energía.
Los hornos de microondas funcionan con niveles de
microondas muy altos para calentar los alimentos. Las microondas se
encuentran dentro del mismo horno. Cuando los hornos de microondas se
usan de acuerdo con las instrucciones, no hay pruebas de que presenten
un riesgo para la salud de las personas. La exposición a altos niveles
de microondas puede tener efectos en la salud. Dicha exposición podría
resultar en una dolorosa quemadura o en el desarrollo de cataratas en
los ojos.
Estas lesiones son causadas únicamente por la
exposición a grandes cantidades de radiación de microondas, que no son
emitidas en condiciones habituales, por los aparatos de uso doméstico.
Las pequeñas cantidades que pueden ser emanadas por un horno de
microondas no causan estos problemas. En ningún momento se ha demostrado
que la radiación del horno de microondas produzca o acelere algún tipo
de cáncer.
Otro mito es que destruye los nutrientes de los
alimentos. La realidad es que cualquier tipo de cocción puede llegar a
hacerlo. Mientras no se cocine de más la comida, no hay problema. Tal
vez el único detalle malo es que el microondas calienta los alimentos de
manera muy desigual, así que hay que tener cuidado porque una parte
puede parecer fría o tibia y más adentro puede estar tan caliente como
para producir quemaduras. Así, los microondas no son seguros para la
leche de los niños.