Los alimentos en lata son prácticos y muchas veces nos sacan de un apuro. Pero no gozan de una buena reputación porque creemos que no son tan sanos como sus versiones frescas, por el agregado de conservantes químicos y porque no tendrían el mismo valor nutricional. Entonces, ¿lo fresco siempre es mejor? Veamos si esta creencia es cierta o simplemente un mito.
El contenido nutritivo de los alimentos enlatados es bastante similar
e incluso a veces mayor al de los mismos alimentos frescos. Por
ejemplo, en el caso de las frutas y verduras, si el lapso de tiempo que
transcurre entre la cosecha hasta que llega a las góndolas de los
supermercados o a nuestra mesa es muy grande, puede generar que pierdan
muchos de sus nutrientes además de su sabor y/o textura. En cambio,
cuando son enlatadas, suelen prepararse inmediatamente después de la
cosecha, cuando aún están frescas,
manteniendo de ese modo, la mayoría de sus propiedades hasta su fecha
de vencimiento. Sin embargo, muchas veces al estar peladas pierden parte
de su contenido en fibra en relación a las frescas.
Tengamos en
cuenta que cualquier alimento que sea preservado, refrigerado o sometido
a cocción, ya sea a nivel industrial o casero, perderá, en cierto
grado, algunos de sus nutrientes. Todo dependerá del tiempo y las
condiciones de almacenamiento, y del método de cocción empleado.
El
principal medio para la conservación de los alimentos enlatados es el
calor, que se aplica durante el proceso de pasteurización o de
esterilización, junto a un adecuado sellado hermético de las latas. Generalmente, no poseen conservantes químicos. De todos modos, además
del alimento contenido, se suelen agregar sustancias naturales como sal,
azúcar, aceite o vinagre, entre otros, que son empleadas como
saborizantes o estabilizantes. El tipo de sustancias y las cantidades
utilizadas son debidamente controladas y deben estar especificadas en la lista de ingredientes del envase.
Si
aprendemos a leer bien los rótulos, podremos incluir los productos en
nuestra dieta y, de esta manera, incorporar alimentos que no son de la
temporada en cualquier época del año, como algunas verduras o frutas.
Como siempre, la clave está en la variedad y la cantidad de lo que
consumimos. Quienes tengan que cuidarse de la ingesta de sal en su dieta, deberán evitar o disminuir el consumo de estos alimentos.
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¡Atención! Si bien los alimentos enlatados pueden conservarse por más
tiempo, todos ellos tienen fecha de vencimiento. ¡No lo olvides!
¿Los
avances en la tecnología de los alimentos han cambiado nuestra manera
de alimentarnos o somos nosotros, los consumidores, quienes fomentamos
cada vez más la oferta de productos que sean prácticos y fáciles de
elaborar? Sin lugar a dudas, ambos hechos se retroalimentan. Los
productos como las frutas y verduras enlatadas pueden ser una buena
opción para ayudarnos a cumplir con las recomendaciones nutricionales
diarias, que muchas veces no conseguimos por falta de tiempo para su
preparación. Si bien los alimentos frescos
(con sus características naturales intactas) constituyen sin duda la
mejor opción, podemos incluir los alimentos enlatados en forma moderada
sin que resulten dañinos para la salud”