El observatorio espacial Herschel, de la Agencia Espacial Europea (ESA), ha dirigido sus instrumentos hacia el asteroide Apofis mientras éste se acercaba a la Tierra, los pasados 5 y 6 de enero, y ha encontrado que la roca espacial es bastante más grande (y
también menos reflectante) de lo que se creía. Apofis tiene un diámetro
medio de 325 metros y no de 270, como se pensaba hasta ahora.
Anoche, mientras que España y medio mundo dormían, el asteroide se acercó a la Tierra
a una distancia de 14,5 millones de km., su máxima aproximación a
nosotros durante esta "pasada" de la roca espacial. Las siguientes,
mucho más cercanas, se producirán en los años 2029 y 2036.
Catalogado con el número 99942, Apofis fue descubierto en
2004. Los primeros cálculos sobre su trayectoria arrojaron entonces
hasta un 2,7% de probabilidades de que hiciera impacto contra nosotros
en abril de 2029. Un hecho que le valió el apodo de "el asteroide del día del juicio final".
Sin embargo, estudios posteriores rebajaron mucho el riesgo
de colisión, aunque determinaron que ese año (2029) el asteroide pasará
a sólo 36.000 km de la Tierra, la altura a la que se encuentran
nuestros satélites geoestacionarios.
Apofis, este fin de semana. El problema, embargo, persiste para la "visita" de Apofis de 2036.
Y es que los investigadores, aunque minimizan el peligro de una
colisión, no terminan de ponerse de acuerdo sobre la distancia a la que
finalmente la roca pasará de nosotros. La razón es que nadie sabe a
ciencia cierta cómo afectará a la órbita del asteroide su "visita" a la
Tierra anterior, la de 2029. La gravedad de nuestro planeta, en efecto, modificará esa órbita cuando el asteroide se nos acerque. Y esa modificación podría incluso hacer que Apofis chocara contra nosotros en su siguiente vuelta.
Por eso resulta tan importante conocer con el máximo
detalle posible tanto sus características físicas como orbitales.
Cualquier dato adicional puede ayudar a predecir con mayor precisión
hasta dónde se nos acercará el asteroide en 2029 y, más importante, en
2036.
Durante el pasado fin de semana, el Herschel tuvo una buena
ocasión para estudiar a Apofis durante dos horas, mientras se nos
estaba acercando para alcanzar, anoche, el punto de máxima aproximación a
la Tierra de esta visita, 14,5 millones de km.
"Además de que los datos tengan gran importancia por sí
mismos -afirma Laurence O'Rourke, investigador principal del programa de
observación- si comprendemos sus principales propiedades tendremos
detalles vitales para futuras misiones que, eventualmente, puedan
enviarse hasta estos objetos potencialmente peligrosos".
El Herschel ha proporcionado las primeras imágenes térmicas
del asteroide en diferentes longitudes de onda. Y esas imágenes,
combinadas con las ópticas, han ayudado a mejorar las estimaciones que
se tenían sobre las características físicas de la intrigante roca
espacial. Por ejemplo, hasta hoy se creía que su diámetro medio era de
270 metros, con un margen de error de 60 metros. Pero el Herschel se ha
dado cuenta de que su tamaño es bastante mayor: 325 metros, y con un
margen de error de apenas 15 metros.
Diferente albedo
En otras palabras, Apofis es un 20% mayor de lo que creíamos. Lo cual significa que su masa es un 75% más grande de la que se había calculado previamente.
También las estimaciones sobre el albedo del asteroide (la medida de su
reflectividad), han cambiado, para situarse en un 0,23. Lo cual
significa que solo el 23% de la luz solar que llega al asteroide se
refleja y vuelve al espacio. El restante 77% es absorbido y aporta calor
al asteroide. La anterior estimación del albedo de Apofis era de 0,33.
Esta característica, igual que la del tamaño, puede tener
una gran importancia para nosotros. De hecho, conociendo las propiedades
térmicas de un asteroide es posible calcular su órbita con mucha mayor
precisión. Conocido como "efecto Yarkovsky",
los ciclos de calentamiento y enfriamiento que sufre un cuerpo pequeño a
medida que su distancia al Sol varía pueden provocar a largo plazo
sutiles cambios en su órbita. Algo de la máxima importancia si pensamos
que Apofis se acercará peligrosamente a nuestro planeta en el futuro.
"Aunque al principio Apofis cautivó la atención pública por
su posible impacto contra la Tierra -afirma Göran Pilbratt, científico
del Herschel- hoy consideramos altamente improbable que ese impacto se
produzca en un futuro previsible".
Pero "altamente improbable" no significa imposible. Por eso
resulta tan importante obtener la mayor cantidad de datos posibles
sobre esta roca potencialmente peligrosa.
20.000 bombas atómicas
El impacto contra la Tierra de un asteroide del tamaño de Apofis tendría consecuencias devastadoras,
ya que equivaldría a la explosión de 20.000 bombas atómicas. Varios
cientos de km. alrededor de la zona de impacto quedarían, literalmente,
arrasados. La Tierra no se destruiría, pero la colisión tendría un efecto devastador sobre el clima, algo que sí afectaría a las formas de vida.
Sin embargo, para saber con exactitud lo que sucederá en 2036 no queda más remedio que esperar a que Apofis
vuelva a pasar cerca de la Tierra en 2029. Solo entonces sabremos si la
gravedad de nuestro planeta ha cambiado su trayectoria para convertirlo
en un objeto realmente peligroso.