Vómitos violentos, diarrea, fiebre, dolores de cabeza y calambres estomacales. Si estos son los síntomas
que padecemos, lo más probable es que seamos una de las víctimas de una
nueva cepa de norovirus, bautizada como «Sydney 2012», que se está
propagando desde Australia a todo el mundo.
Los expertos de la Agencia Británica de Protección Sanitaria explican
que la versión del virus en ya se ha extendido a Francia, Nueva Zelanda
y Japón. Además, esta cepa «está superando a todos los demás virus
existentes en Gran Bretaña al convertirse en la dominante en este país europeo», indican.
Los síntomas que produce no son peores que los provocados
por otras vertientes del norovirus. La infección también ha llegado a
España, y las redes médicas ya están alerta desde hace más de dos semanas, según nos ha contado el Doctor Gustavo Cilla, experto en esta materia y médico del servicio de Microbiología del Hospital Universitario de Donostia.
Al tratarse de una nueva cepa, la epidemia es más intensa
que en otras ocasiones, porque, según Gustavo Cilla «no es un fenómeno excesivamente raro,
ya que se da cada dos, tres o cuatro años». La particularidad del
«Sydney 2012» es que ha mutado, y por lo tanto se ha encontrado con más personas desprotegidas, lo que hace que “su incidencia sea mayor de lo normal”.
El Doctor nos cuenta que estos norovirus son los causantes
de epidemias periódicas, por lo que no es necesario alarmarse más de lo
normal. «Son los vómitos invernales, normalmente
autolimitados a 24 o 48 horas», asegura. Además, no hay vacunas, por lo
que toda prevención pasa por extremar las medidas de higiene habituales.
Los síntomas
El Doctor Cilla nos explica que lo habitual es que «la
persona afectada comience a encontrarse mal de forma muy rápida», con
fiebres, vómitos y diarreas durante las primeras 12 o 24 horas.
Y tán rápido como llega, desaparece, aunque «durante los días
posteriores la persona puede seguir excretando el virus». Por eso la
recomendación es permanecer en casa, y sobre todo «lavarse bien las manos para no contagiar a otras personas, cada vez que vayamos al baño, y sobre todo, antes de comer, para así evitar ser contagiados».
El tratamiento una vez que el virus comienza a hacer efecto consiste en mantener al paciente hidratado.
«No tiene por qué haber complicaciones» asegura, aunque en colectivos
especialmente sensibles a al deshidratación, como pueden ser los ancianos o los niños más pequeños «es donde puede plantearse algún problema».
Además, por la forma de propagarse el virus, de persona a
persona, suele ser habitual que afecte a «colectivos, como pueden ser
las residencias de ancianos, colegios, o grupos de población cerrada
que compartan espacios comunes, como comedores», nos cuenta Gustavo
Cilla. De todas formas, este experto del Hospital Universitario de
Donosita, a menos que el número de personas se a muy elevado «lo normal
es que no sea necesaria una hospitalización», por lo que tampoco es necesario alarmarse más de lo necesario.
Según el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), el norovirus «es responsable de millones de infecciones
cada año y es conocido por su habilidad para evadir el control». Añaden
que «21 millones de personas enferman cada año a causa de este virus».
El norovirus es el «Ferrari del mundo de los virus y uno de
los más infecciosos», expresa al respecto el científico Ian Goodfellow.
A pesar de que durante el periodo navideño se ha producido un descenso en el número de casos, los 4.140 detectados hasta ahora en Inglaterra y Gales suponen un 63 por ciento más de los diagnosticados el año pasado por estas fechas.
Además, los especialistas consideran que por cada caso
detectado, «hay 288 casos no denunciados». Debido a ello, estiman que el
coste que representa el total de afectados en Gran Bretaña se eleva a
más de 765.000 euros. Ante ello, «la gestión de los casos debe ser la
misma que se ofrecía antes de la aparición de la cepa 'Sydney
2012'», subraya el director del departamento de Virología de la HPA, el
doctor David Brown. El experto confirma que «no existe un tratamiento
específico para la infección por norovirus». Sin embargo, expone que
existen medidas beneficiosas como «mantenerse hidratado regularmente».