La fibra óptica de Google, Google Fiber, ultrarrápida y a un precio asequible, ha sacudido el mercado de la conexión a internet.
Sin embargo, persiste la duda de si el proyecto, operativo desde hace
medio año, se trata de un mero experimento o un negocio que la compañía
pretende explotar hasta el final.
Proyecto
Google Fiber es
un servicio de conexión ultrarrápida a internet (un giga por segundo) a
un menor coste (70 dólares, esto es, 52 euros). Es decir, una velocidad
cien veces superior a la media en Estados Unidos (9 megas por egundo,
según Akamai)
y 200 veces la de España (5 megas por segundo). Una tarifa media de las
grandes operadoras estadounidenses (como Verizon, AT&T) es de 15
megas a un precio en torno a 60 dólares; Google ofrece misma tarifa por
muchos menos.
Google Fiber comenzó a operar el año pasado exclusivamente en Kansas City
(Estados Unidos); concretamente, para optimizar la inversión, en las
áreas que contaban con una demanda superior al 25%. El proyecto requiere
una gran gasto inicial, ya que la fibra óptica es de Google y se han
encargado de instalarla. La compañía no ha dado cifras del desembolso y,
por eso, los analistas escépticos opinan
que ofrece un servicio por debajo de su coste real. Una teoría que no
comparte Google: «No tiene sentido vender un producto como una pérdida.
Pero no se trata de los beneficios, sino de cambiar los costes de
conexión», dijo el jefe financiero de Google.
Experimento o negocio
La estrategia de
Google tiene dos vías. La primera es obtener beneficios indirectos. Una
conexión más rápida de internet supone un mayor acceso a sus servicios
habituales (más búsquedas, más visitas a Gmail, a Google+,
etc.) y, por tanto, más consumo de su servicio de publicidad. Google
Fiber se propone poner en evidencia que, con la tecnología actual, es
posible ofrecer una mejor conexión a un coste asequible. Este objetivo
supone que Google dejaría el sector una vez que las grandes operadoras
hayan mejorado precios y conexiones.
Google, sin embargo, se ha encargado de desmentir que esté
en este mercado solo temporalmente. El presidente ejecutivo del gigante
tecnológico, Eric Schmidt, aseguró recientemente que el objetivo de la compañía es la expansión progresiva a otras ciudades:
«No es un hobby. Realmente tenemos que hacer un buen negocio con esta
oportunidad. Examinamos la posibilidad de expansión». No se avanzado si
solo estará disponible en grandes núcleos urbanos, donde es más rentable
la instalación. Un directivo de Google adelantó a finales del año pasado que la compañía estudia traerlo a Europa.
Consecuencias
Los efectos de Google Fiber comienzan a sentirse. Kansas City se ha convertido en un nuevo centro de atracción para las «startups», pequeñas empresas tecnológicas innovadoras. Según «The Washington Post»,
260 empresas se han instalado en tan solo cuatro meses, atraídos por la
velocidad de conexión. Los competidores también han reaccionado y han
comenzado a bajar ligeramente sus precios.
Sin embargo, según explica la web tecnológica Mashable,
el ajuste de precios estará muy lejos de la oferta de Google. El
problema del coste de la tarifa está en que el 97% del negocio de las
operadoras está en proporcionar servicio en áreas apenas rentables para
la gran inversión que supone y, por tanto, no hay beneficio económico en
mejorar las redes debido al elevado coste y el escaso retorno.