La rupia india cayó el jueves un 1,5%, hasta las 65,12 unidades por dólar, un nuevo mínimo histórico que rompe las perspectivas de lograr el milagro económico que predecían para el país hace unos años, según informa el canal de televisión local NDTV.
En las últimas semanas, la India ha tomado varias medidas para intentar frenar la caída de la moneda nacional. Para poder reunir el capital, esta semana las autoridades indias establecieron aranceles para la importación de televisores de pantalla plana. Sin embargo, la mayoría de los analistas creen que estas medidas son solo un gesto de desesperación.
En 2008, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, pronosticó para su país un crecimiento sostenido de la economía de entre el 8% y el 9%, que podría poner fin a la pobreza crónica, la falta de alfabetización y las enfermedades, que durante siglos habían marcado el destino de millones de personas, según informa el periódico 'The Economist'.
Sin embargo, hoy Singh reconoce que las perspectivas económicas para el país no son prometedoras. En los últimos tres meses la rupia india se devaluó en un 13% y el mercado de valores también registra números negativos. Los políticos reconocen que el país está en la situación más difícil desde los tiempos de la crisis de la balanza de pagos de 1991.
Según 'The Economist', los problemas de la India están causados, por una parte, por las expectativas internacionales y por la otra, por el exceso de confianza en sus propias capacidades, razón por la que el país ha perdido sus oportunidades de mejorar su situación. Por ejemplo, durante el auge económico en el período entre los años 2003 y 2008, cuando era bastante sencillo llevar a cabo reformas para la liberalización del mercado de trabajo, la energía y la propiedad de la tierra, el Gobierno no lo hizo.
Otro factor negativo en el desarrollo económico de la India fue la reducción de las inversiones de las empresas privadas debido a los altos índices de corrupción y a la ineficiente burocracia que domina el país. Como consecuencia, el crecimiento económico se redujo al 5,4%, la inflación alcanzó el 10% y 1.200 millones de personas definitivamente perdieron la esperanza de tener acceso a un futuro mejor. Ahora, el déficit presupuestario sólo puede ser cubierto por préstamos extranjeros que por su parte exigirán a las autoridades indias atraer 250.000 millones de dólares, incluyendo la deuda externa del país.
Sin embargo, la India aún tiene alguna oportunidad de mejorar sus condiciones. Según algunos economistas, las autoridades indias primero deben dejar de empeorar la situación económica tratando de mantener artificialmente el nivel de la rupia y permitir que la moneda encuentre su nicho. La divisa debilitada podría afectar negativamente a algunas empresas con préstamos extranjeros, pero no será una amenaza directa a la solvencia del país.
En segundo lugar, el Gobierno debe reducir el déficit presupuestario mediante la disminución de los subsidios y la introducción de un impuesto sobre bienes y servicios, algo que parece bastante justificado en un país donde sólo el 3% de la población paga los impuestos sobre la renta.
En 2008, el primer ministro de la India, Manmohan Singh, pronosticó para su país un crecimiento sostenido de la economía de entre el 8% y el 9%, que podría poner fin a la pobreza crónica, la falta de alfabetización y las enfermedades, que durante siglos habían marcado el destino de millones de personas, según informa el periódico 'The Economist'.
Sin embargo, hoy Singh reconoce que las perspectivas económicas para el país no son prometedoras. En los últimos tres meses la rupia india se devaluó en un 13% y el mercado de valores también registra números negativos. Los políticos reconocen que el país está en la situación más difícil desde los tiempos de la crisis de la balanza de pagos de 1991.
Según 'The Economist', los problemas de la India están causados, por una parte, por las expectativas internacionales y por la otra, por el exceso de confianza en sus propias capacidades, razón por la que el país ha perdido sus oportunidades de mejorar su situación. Por ejemplo, durante el auge económico en el período entre los años 2003 y 2008, cuando era bastante sencillo llevar a cabo reformas para la liberalización del mercado de trabajo, la energía y la propiedad de la tierra, el Gobierno no lo hizo.
Otro factor negativo en el desarrollo económico de la India fue la reducción de las inversiones de las empresas privadas debido a los altos índices de corrupción y a la ineficiente burocracia que domina el país. Como consecuencia, el crecimiento económico se redujo al 5,4%, la inflación alcanzó el 10% y 1.200 millones de personas definitivamente perdieron la esperanza de tener acceso a un futuro mejor. Ahora, el déficit presupuestario sólo puede ser cubierto por préstamos extranjeros que por su parte exigirán a las autoridades indias atraer 250.000 millones de dólares, incluyendo la deuda externa del país.
Sin embargo, la India aún tiene alguna oportunidad de mejorar sus condiciones. Según algunos economistas, las autoridades indias primero deben dejar de empeorar la situación económica tratando de mantener artificialmente el nivel de la rupia y permitir que la moneda encuentre su nicho. La divisa debilitada podría afectar negativamente a algunas empresas con préstamos extranjeros, pero no será una amenaza directa a la solvencia del país.
En segundo lugar, el Gobierno debe reducir el déficit presupuestario mediante la disminución de los subsidios y la introducción de un impuesto sobre bienes y servicios, algo que parece bastante justificado en un país donde sólo el 3% de la población paga los impuestos sobre la renta.