“Ellos apoyan el ataque”, dijo Kerry, después de la reunión con el canciller saudí Saud al-Faisal, en París, capital francesa, donde dialogó además con ministros de la Liga Árabe para recabar el apoyo de dichos países a una intervención bélica en Siria.
No obstante, Arabia Saudí, un aliado estratégico de EE.UU. en la región y opositor al Gobierno del presidente sirio, Bashar al-Asad, por ahora no ha hecho un llamamiento público a una intervención militar internacional en Siria.
De acuerdo con los analistas, no hay duda de que el reino saudí ofrecerá sus bases aéreas y equipamientos militares a una coalición occidental que intervenga en Siria, pero descartan una participación directa de Riad en tal ofensiva, arguyendo que esta podría aumentar la antipatía en la península Arábiga contra las fuerzas occidentales que se involucran en asuntos árabes.
El secretario de Estado de EE. UU. aseguró que todos los funcionarios del país árabe censuraron el uso de armas químicas en Siria.
“Según lo hablado hoy, todos nosotros estamos de acuerdo, ni uno disiente, en que es deplorable el uso de armas químicas de (el presidente sirio Bashar) Al-Asad, que sabemos mató a cientos de personas inocentes (...), y ha cruzado una línea roja global”, dijo Kerry, agregando que “varios países firmaron inmediatamente” un acuerdo alcanzado por la mitad de países durante la última cumbre del G20, en San Petesburgo, Rusia.
La Declaración conjunta, elaborada por la Casa Blanca, que respalda una intervención militar en Siria fue suscrita por España, Francia, el Reino Unido, Italia, Turquía, Japón, Corea del Sur, Arabia Saudí y Australia.
Sin esperar los resultados de las investigaciones de los inspectores de la Organización de Naciones Unidas, en el territorio sirio a petición de Damasco para hallar al verdadero responsable del uso de armas químicas el 21 de agosto, EE.UU. y sus aliados afirman haber obtenido las pruebas necesarias que apuntan al Gobierno sirio como autor de esta agresión. Según los analistas, la acusación tiene como fin legitimar una injerencia armada en el país árabe.