La bioquímica uruguaya Magdalena Paolino, del Institute of Molecular Biotechnology de Austria (IMBA), descubrió un mecanismo para frenar la metástasis provocada por tumores, basado en procesos del sistema inmune.
La investigación, que empezó cuando Paolino descubrió que al quitarles un gen determinado a los ratones, estos adquirían la capacidad de rechazar varios tipos de tumores, se desarrolló a lo largo de siete años en el IMBA, donde Magdalena Paolino realizó su doctorado en Biología Molecular.
“He descubierto un nuevo mecanismo en células del sistema inmune, llamadas Natural Killers o NK, que cuando es bloqueado les permite a esas células volverse agresivas y controlar la metástasis de los tumores”, indica la científica.
Los resultados, que fueron publicados en febrero de 2014 en prestigiosas revistas internacionales como ‘Nature’, son estadísticamente significativos.
“Trabajamos en cinco modelos distintos de tumores y en todos ellos vemos que hay un rechazo. No es al 100%, pero, cuando un ratón normal tenía un pulmón ocupado en entre un 60% y un 70% por una metástasis de melanoma, nuestros ratones que son deficientes en estas moléculas tienen un 20%”.
Si la investigación continúa y se logran reproducir sus resultados en humanos, podría funcionar como una alternativa a los tratamientos que existen en la actualidad, como radioterapia, quimioterapia o terapia antiangiogénica.
“He descubierto un nuevo mecanismo en células del sistema inmune, llamadas Natural Killers o NK, que cuando es bloqueado les permite a esas células volverse agresivas y controlar la metástasis de los tumores”, indica la científica.
Los resultados, que fueron publicados en febrero de 2014 en prestigiosas revistas internacionales como ‘Nature’, son estadísticamente significativos.
“Trabajamos en cinco modelos distintos de tumores y en todos ellos vemos que hay un rechazo. No es al 100%, pero, cuando un ratón normal tenía un pulmón ocupado en entre un 60% y un 70% por una metástasis de melanoma, nuestros ratones que son deficientes en estas moléculas tienen un 20%”.
Si la investigación continúa y se logran reproducir sus resultados en humanos, podría funcionar como una alternativa a los tratamientos que existen en la actualidad, como radioterapia, quimioterapia o terapia antiangiogénica.