Como dice bsburgos.org, la sangre es uno de los tejidos que conforma el cuerpo de los animales, de consistencia líquida, el cual recorren todo el organismo transportando células y los elementos indispensables para que éstos realicen sus funciones vitales.
La sangre está conformada por diversos componentes, tales como glóbulos rojos, blancos, plaquetas y plasma. En una persona, la cantidad de sangre que posee va de acuerdo con su edad, sexo, peso y estatura y en promedio, un humano tiene entre cuatro y seis litros de sangre recorriendo todo su organismo.
Cuando una persona fallece, la sangre deja de circular y por lo tanto se forman coágulos o trombos, los cuales aparecen en menos de 24 horas de haberse registrado la muerte, por lo que ésta pierde su aspecto natural, así como sus propiedades.
La sangre también puede ser conservada de forma artificial, por medio de refrigeradores y soluciones salínicas durante meses, e incluso por un par de años, por lo que es difícil hallar un ser vivo de miles de años de antigüedad que se mantenga intacto por demasiado tiempo.
Recientemente, un grupo de científicos se llevaron una tremenda sorpresa al encontrar las células sanguíneas más antiguas de las que se tiene registro, pues según las investigaciones, podrían datar de hace más de cinco mil años.
En septiembre de 1991, dos turistas alemanes que se encontraban en los Alpes de Ötztal, cuando de repente, descubrieron el cuerpo de un hombre momificado que luego de hacerle diversos estudios, se determinó que vivió tres siglo antes de Cristo, el cual fue bautizado con el nombre de Hombre de Otzi.
El también llamado Hombre de Similaun, es la momia humana natural más antigua encontrada en toda Europa y cuyo cuerpo sufrió esta modificación debido al frío extremo que hay en esta zona, en donde aparentemente falleció. Esta característica ha hecho que constantemente sea sometido a investigación.
Recientemente se le hicieron nuevos estudios para tratar de determinar cuál había sido la verdadera causa de muerte de Otzi, resultados que fueron publicados por la revista inglesa Journal of the Royal Society Interface, la cual concluye que esta persona fue asesinada.
A este hombre se le tomaron diversas tomografías axiales computarizadas (TACS), con las cuales se comprobaron que Otzi fue herido de gravedad con una flecha, la cual le atravesó la espalda, y luego, alguien más le propinó un fuerte golpe en la cabeza, acto que fue el que realmente le causó la muerte, indica elmundo.es.
Lo más sobresaliente de estos estudios, es que los científicos pudieron observar células sanguíneas en las heridas de esta persona, algo jamás antes visto, dado que la sangre tiende a degradarse rápido y fácilmente.
Albert Zink es antropólogo molecular y el director del Instituto para las momias y el hombre del hielo de Bolzano, en Italia, el cual se ha encargado durante años de encabezar los trabajos de análisis hechos a esta momia.
El equipo de este investigador se dedicó a analizar el tejido que rodea a las heridas que tiene este cuerpo, tanto en la espalda, como en la mano derecha, por medio de un microscopio de fuerza atómica. Este aparato permite hacer un escaneo de las muestras y distingue detalles tridimensionales, gracias la amplificación de dichas imágenes.
Fue así como encontraron diversas estructuras circulares muy parecidos a los glóbulos rojos, pues luego de analizarlos, hallaron restos en ellos de hemoglobina y fibrina, la proteína encargada de la coagulación.
"Como la fibrina está presente en heridas frescas y luego se degrada, la teoría de que Oetzi murió apenas fue herido por la flecha, como se había planteado, y no unos días después, ya no puede ser sostenida. Fue una gran sorpresa porque no estábamos seguros de encontrar ninguno (glóbulo rojo). Hemos estado buscándolos durante casi 20 años y es la primera vez que los vemos", comentó Zink.