
Mantener
una adecuada postura durante el embarazo, realizar una dieta saludable y
utilizar fajas antes y después del parto previene la aparición del dolor lumbar que sufren alrededor del 50 por ciento de las mujeres embarazadas.
La aparición de esta patología puede ser leve, moderada o severa
aunque, la mitad de las mujeres reconoce tener este dolor de manera
moderada y el 25 por ciento de forma severa, según ha comentado a Ep la
matrona de Atención Primaria Pilar Medina Adán. Además, la localización
de estas dolencias puede ser sólo en la zona sacra o pueden ocupar un
mayor espacio llegando, incluso, a las piernas.
Aconsejan poner un rodillo de toalla por debajo de las rodillas al tumbarse
Por
este motivo, desde la primera consulta los profesionales aconsejan a
las mujeres que adopten posturas corporales sanas por ser uno de los
mejores métodos para evitar estas dolencias. En concreto, es
recomendable que cuando estén tumbadas coloquen un rodillo de toalla por
debajo de las rodillas y que, especialmente en el último trimestre,
duerman con la cabeza levantada. En el caso en el que la mujer duerma de
lado, Medina Adán ha señalado la importancia que tiene que lo hagan con
las piernas flexionadas. Esta flexión junto con la ayuda de los brazos
es también aconsejable en el momento de levantarse —aunque se esté en
ese momento boca arriba—, al igual que cuando se agachan a coger algo de
peso donde, además, tienen que mantener la espalda recta. «Son cosas
muy sencillas que a la larga van a repercutir en que aparezca el dolor»,
ha recalcado esta experta.
Si la mujer está delgada recomiendan coger unos 16 kilos
En
cuanto a la comida, las embarazadas deben de mantener una dieta sana y
rica tanto para el futuro bebé como para sus molestias. «Los requerimientos vienen a ser unas 300 calorías al día más por trimestre»,
ha asegurado para recalcar que, no obstante, en la primera consulta se
mide el índice de masa corporal y, a partir de ahí, se hace una guía en
la que se recomiendan los kilos que debe de coger durante el embarazo.
«Por ejemplo, una mujer que tenía bajo peso al comienzo le recomendamos
coger unos 16 kilos, pero si tenía un volumen alto le decimos que gane
sólo unos 7 kilos», ha matizado.
A partir de las 25 semanas
Otra
de las técnicas para evitar que se produzcan los dolores lumbares es el
uso de fajas entre las 25 y las 36 semanas normalmente. Y es que, este
producto sujeta los ligamentos anteriores uterinos y sólo ofrece presión
desde la parte de abajo. Además, cuenta con unas bandas posteriores que
sujetan la zona lumbar y permiten que se ajusten durante las distintas
fases del embarazo. «En las últimas semanas las mujeres se encuentran
muy sobrecargadas y el uso de estas fajas favorece mucho que no aparezca el dolor
y que, además, salgan a andar. Esto último es muy importante tanto para
el dolor como para el resto del proceso de embarazo», ha explicado esta
experta. Asimismo, poner calor durante un máximo de 10 minutos alivia
las molestias de las zonas contracturadas por el aumento del peso y se
puede aplicar a través de unas bolsas calientes que se incorporan a la
faja o con unos parches colocados en la zona del dolor.
En el postparto
Una
vez que la mujer ha dado a luz suele seguir padeciendo dolores y estar
afectada tanto «física como emocionalmente» debido a los cambios que
experimenta en su cuerpo y a su forma de vida. Concretamente, a nivel
físico existe una sensación de vacío debido a que toda la musculatura se
ha distendido por lo que es recomendable el uso de una faja para
sujetar dichas estructuras. «No es para la recuperación sino para la
mejora de los síntomas de vacío y porque ayuda a evitar la sensación que
tiene la mujer de tener un útero muy abultado», ha comentado esta
matrona para matizar que la faja suele estar recomendada a los dos o
tres días del parto y, especialmente, para aquellas mujeres que se han
sometido a una cesárea o que han ganado «más peso de la cuenta».