El primer encierro de las fiestas de Sanfermines 2012 se ha saldado con un herido por asta de toro y cinco traslados más por contusiones. El encierro ha resultado muy peligroso ya que el recorrido estaba completamente masificado y la manada se ha ido dispersando. Sin embargo, la nobleza de los astados de Dolores Aguirre ha hecho que el balance de heridos haya reducido y de escasa gravedad.
Una persona ha resultado herida por asta de toro. Se trata de un pamplonés cuyas iniciales son V.A.C., de 73 años que ha resultado cogido en la pierna en la Cuesta de Santo Domingo. Su pronóstico es menos grave, aunque ha llegado al hospital plenamente consciente y en aparente buen estado anímico.
Otros dos navarros han sido trasladados al Complejo Hospitalario de Navarra. Se trata de dos falcesinos de 19 y 49 años de edad. Ambos tienen sendos traumatismos de carácter leve y
proceden del tramo de Santo Domingo. En esta cuesta un toro se ha ido
hacia el lado derecho y ha tropezado con varios corredores.
Un
madrileño de Arganda ha sido trasladado por una luxación del hombro
izquierdo. Este herido tampoco tiene gravedad. Finalmente, otras dos
personas han requerido asistencia en el hospital. Se trata de un
australiano, R.S., de 26 años que tiene una contusión en la rodilla
izquierda, y de un japonés de Ikeda City que sufre una contusión lumbar.
El encierro, que ha durado 2 minutos y 53 segundos, ha sido especialmente peligroso en su último tramo. En la zona del callejón, un toro ha enganchado a un mozo de la camiseta y lo ha arrastrado varios metros
hasta entrar en la plaza de toros. Este joven se ha levantado
aparentemente sin ninguna herida y se ha ido, aunque habrá que ver cómo
se le queda el cuerpo cuando se le enfríe. El último toro, además, ha
permanecido en la arena de la plaza de toros, donde ha dado varias
vueltas distraído por mozos inconscientes que le citaban, provocando de
esta manera algunos momentos de peligro. Finalmente los dobladores han
realizado una magnífica tarea y han conseguido dirigir al morlaco hasta
los corrales.
En definitiva, un encierro rápido, peligroso y muy limpio para lo que podía haber sido.