Los resultados del estudio, realizado por investigadores de la Universidad de Montreal y el Hospital para Mujeres de Boston, muestran que la luz es clave para mantener una atención sostenida.
También afirman que además de permitir que uno vea, la luz ajusta y sincroniza la fisiología, metabolismo y comportamiento de la persona con el ambiente.
“Nos impactó descubrir que el cerebro aún responde de forma significativa a la luz incluso en pacientes ciegos sin visión consciente en absoluto”, afirma el coautor sénior Steven Lockley.
“La luz no sólo nos permite ver, sino que también le dice al cerebro si es de noche o de día, lo que ajusta y sincroniza nuestra fisiología, metabolismo y comportamiento con el ambiente”, asegura la también coautora sénior Julie Carrier.
La científica agrega que “para las especies diurnas como nosotros, la luz estimula la actividad cerebral como si fuese de día, aumentando nuestra capacidad de alerta y respuesta, así como la de realización de muchas tareas cognitivas”.
En el estudio, varias personas invidentes fueron sometidas a pruebas; incluso a pruebas con un escáner de resonancia magnética cerebral funcional (FMRI).
El resultado mostró que sus cerebros aún pueden ver, o detectar una vía de luz, a través de fotorreceptores en la capa de células ganglionares de la retina, diferentes de los conos y bastones que utilizamos para leer.