viernes, enero 25, 2013

La desconocida historia de la «otra» Estatua de la Libertad

En 1855 el escultor Ponziano Ponzano esculpió una estatua muy similar a la que diseñaría Frédéric Auguste Bartholdi 25 años después.

La Estatua de la Libertad, con sus más de 46 metros de altura, es uno de los símbolos más conocidos de la ciudad de Nueva York. Inaugurado en 1886, este icono, fruto de la mente de del escultor Frédéric Auguste Bartholdi, fue un regalo de Francia a Estados Unidos con motivo del centenario de su independencia.
Sin embargo, tal y como nos cuenta Javier Sanz en «Historias de la Historia», galardonado con el Premio Bitácoras 2011 al Mejor Blog Cultural, es posible que la imagen que todos conocemos —un personaje femenino de rasgos clásicos, graves y tranquilos que luce una diadema sobre la cabeza— y que Bartholdi patentó en 1879, no sea realmente producto de su imaginación.

Más de 30 años antes de que Bartholdi viera construida su Estatua de la Libertad, el zaragozano Ponciano Ponzano ya había esculpido una obra que presenta enormes similitudes con el posterior diseño del francés.
Todo se remonta a 1853, cuando Ponzano, autor también de los famosos leones del Congreso de los Diputados, recibió el encargo de esculpir una estatua para coronar el panteón de los políticos liberales Agustín Argüelles, Juan Álvarez Mendizábal y José Calatrava.


La estatua, que en palabras del artista “será gallarda, joven, ligeramente vestida, cubrirá su cabeza con un gorro frigio, despidiendo rayos de luz que saldrán de entre su bulliciosa cabellera”, fue esculpida en un bloque de mármol de Carrara. Mide aproximadamente dos metros de altura y fue terminada en 1855. Hoy puede verse en el Panteón de Hombres Ilustres de Madrid.

Si las similitudes visuales que se aprecian entre ambas esculturas parecen pocas, las coincidencias se extienden hasta la forma en la que ambos autores definían sus obras. Así, mientras Ponzano señalaba que su escultura «en su mano diestra mostrará haber roto un yugo que pisará con el pie, dando a la otra pierna mayor función sustentadora», Bartholdi patentó su Libertad «con el cuerpo ligeramente vencido del lado izquierdo para que la pierna de ese lado mantenga el conjunto en equilibrio».

Mientras el francés se aseguró los derechos económicos procedentes de cualquier tipo de reproducción de su obra, gracias a la patente presentada en 1879, Ponzano moría dos años antes en la más absoluta de las pobrezas.