Mientras que Google está en boca de todos con sus gafas de cristal Google Glass, un investigador japonés creó una alternativa radical.
El profesor explica que las gafas pueden ser utilizadas para simular emociones cuando los usuarios están distraídos u ocupados.
Esto, dice el profesor Osawa, suele ser un requisito para enfermeros, camareros, maestros, terapeutas y otras personas que trabajan en profesiones de interacción intensa.
"Nuestra sociedad desarrollada obliga a los trabajadores a comportarse de manera más social”, dijo.
El "AgencyGlass pretende apoyar estos tipos de trabajo emocional y ampliar con tecnología las capacidades sociales de los usuarios, así como los robots ya son compatibles con nuestras labores físicas y las computadoras apoyan nuestra actividad mental".
Sonrisa falsa
Las gafas tienen dos pantallas OLED (diodo orgánico emisor de luz) que son controlados por un smartphone o PC a través de una conexión inalámbrica Bluetooth.La computadora también va conectada a una cámara que toma imágenes del ambiente general.
En las propias gafas hay girómetros y acelerómetros, sensores que se ajustan a un brazo para monitorear el comportamiento del usuario, mientras que una batería en el otro brazo alimenta el dispositivo.
Si el usuario asiente, las gafas muestran un parpadeo. Si sacude la cabeza, los ojos parpadean varias veces. Si inclina la cabeza, los ojos miran hacia arriba.
Si el software de reconocimiento facial de la computadora detecta a alguien mirando directamente al usuario, los ojos generados por ordenador se mueven y lo miran.
Aunque estas son expresiones relativamente simples, el profesor dice que permiten que otros sientan que son "cuidados", mientras que libera al usuario de la necesidad de "controlar sus emociones".
Sonrisas falsas
El profesor es muy consciente de lo extraño que se ve su prototipo.En un video promocional humorístico incluso aparece él mismo usando las gafas para parecer alerta en una reunión en su oficina de la Universidad de Tsukuba, cuando en realidad está durmiendo.
Pero otros están de acuerdo en que con un poco más de trabajo el invento podría tener aplicaicones en el mundo real.
"La gente puede malinterpretar señales expresivas", dice Berthouze, lectora del University College de Londres en temas de interacción afectiva e informática.
"El equipo podría desarrollarse para usarlo como un traductor entre dos culturas en las que las expresiones faciales son diferentes.
"Estoy segura de que nadie compraría las gafas tal como son ahora. Los ojos son demasiado graciosos. Pero la idea se puede explorar".
Mientras tanto, el profesor Osawa dice que tiene intenciones de expandir su investigación sobre cíborgs emocionales y crear otra pantalla que imite la sonrisa de un usuario.
"Un estudio anterior sugiere que la boca humana es más efectiva para influir en la forma en que las personas interpretan la emoción que los ojos humanos en la cultura occidental", explica.
El profesor dice que espera dar a conocer la pantalla de la sonrisa en octubre.