Nahomi Kizhner, una diseñadora gráfica del Colegio Hadassah, en
Jerusalén, ha diseñado una joya que funciona teóricamente extrayendo
energía a partir de la sangre que circula por el cuerpo.
La joya
es insertada directamente en las venas de quien la porta utilizando unas
agujas, lo cual permite la activación de unas pequeñas ruedas que se
encuentran al interior del aparato al entrar en contacto con la energía
que hay en la sangre, informa el portal IFL Sciencie.
El
proyecto llamado 'Adictos a la Energía' consta de tres diseños de piezas
de joyería: The Blinker ('Las anteojeras'), The E-Pulse conductor ('El
conductor de pulso E') y The Blood Bridge ('El puente de sangre').
En
su página de Internet, la polémica diseñadora afirma que su trabajo se
inscribe en la discusión sobre el insaciable consumo de recursos
energéticos, por lo cual "busca ver lo lejos que estamos dispuestos a ir
para alimentar nuestra adicción en un mundo donde los recursos son cada
vez más escasos".
Asimismo, Kizhner considera que "en un mundo
donde hay un declive significativo de recursos, la humanidad está
obligada a encontrar nuevas fuentes para satisfacer las necesidades
energéticas. De ahí que la propuesta sugerida a este dilema se base en
la idea de la riqueza biológica, la cual nos permite extraer energía
directamente desde nuestro cuerpo".