miércoles, febrero 29, 2012

El caos marca el rescate de los reporteros

Sarkozy anuncia en falso la salida de Siria de una periodista de 'Le Figaro'. El británico Conroy llega a Líbano.

“Estoy feliz de anunciaros que la pesadilla ha terminado. Bouvier tiene fracturas múltiples y ahora podrá recuperarse bien”, afirmó el presidente al nutrido grupo de periodistas que sigue su campaña. Con las horas, se supo que el anuncio de Sarkzoy no se correspondía con la verdad. En realidad, la operación de rescate de Bouvier no había salido bien.

 Durante todo el día, la información sobre la joven, que hace unos días pidió un alto el fuego para ser evacuada, fue muy confusa. El Ministerio de Exteriores francés, consultado por Reuters, llegó a decir que ignoraba si había sido una fuente independiente la que informó a Sarkozy sobre la evacuación de la reportera a Líbano. Bouvier sufrió fracturas en las piernas durante el bombardeo en el que murieron la corresponsal estadounidense de The Sunday Times Marie Colvin y el joven fotógrafo francés Rémi Ochlik.

Aquel día también resultó herido el fotógrafo inglés Paul Conroy, que ayer fue el único reportero occidental que pudo llegar hasta Líbano en una accidentada evacuación que duró 26 horas y en el transcurso de la cual murieron tres de los activistas sirios que la llevaban a cabo.


En ese plan, estaban incluidos la francesa Edith Bouvier, el español Javier Espinosa, de El Mundo, y el reportero francés William Daniels. Todos partieron juntos el domingo por la noche pero tuvieron que separarse al ser bombardeados.

Mientras París guardaba silencio sin poder evitar la sensación de caos, fue la dirección de Le Figaro quien informó, hacia las seis de la tarde, de que era falso que Bouvier estuviera “sana y salva en Líbano”. “No está en Líbano, sino en Siria”, señaló el diario, sin especificar dónde y atribuyendo la información a fuentes diplomáticas francesas y libanesas.



Poco después, Sarkozy admitió su error a través de su cuenta de Twitter oficial: “He sido impreciso y me excuso. No está confirmado que [Bouvier] esté a salvo en Líbano. La situación es extremadamente compleja de analizar”.

Mientras tanto, la situación se recrudece en Homs. Por primera vez desde que comenzaran las revueltas en Siria en marzo de 2011, Bachar el Asad envió ayer a sus tropas de élite, comandadas por su sanguinario hermano Maher, para castigar a la ciudad, bastión opositor. En uno de sus barrios, Bab Amro, se sucedieron, por tercera semana consecutiva, los bombardeos después de que los helicópteros no dejaran de sobrevolar la ciudad durante toda la noche y sus tanques se desplazaran de un lado a otro del distrito. Al menos 14 personas murieron ayer, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, sumadas a otras 20 que habrían fallecido en la misma jornada después de que se produjeran intensos bombardeos en la ciudad de Hama, a 50 kilómetros de Homs. En otras localidades cercanas como Idlib, Binnish y Sarmin, los feudos rebeldes del norte, también se han registrado explosiones tras recibir el impacto de artillería, morteros y armamento antiaéreo, disparado, según los Comités Locales sirios, “de forma totalmente aleatoria contra la población”, informa Ana Garralda desde Jerusalén.

Conroy consiguió huir de la asedidada ciudad de Homs, según The Times, por una ruta de contrabando de 32 kilómetros que se había establecido diez meses antes por voluntarios sirios y por la organización de activistas Avaaz para pasar medicinas y heridos desde Homs.

El relato de The Times cuenta que, para trasladar a Conroy, el comando tuvo que atravesar campos minados y patrullas del Ejército sirio, y que solo cuando era posible informaban por un teléfono vía satélite a los activistas que coordinaban el rescate.

Un portavoz de Avaaz en Beirut, citado por The Times, dijo que la noticia de la llegada de Conroy a Líbano había puesto en peligro la operación, puesto que los demás periodistas aún no habían podido salir de Siria.