«Hubo un martes aciago, y los reniegos y las lamentaciones de los que resultaron malparados en ese día se perpetuaron y se desfiguraron en los dichos del vulgacho, hasta convertir la execración hacia un solo día, concreto y determinado, en anatema y reprobación general hacia todos los del mismo nombre», escribía en 1922 Marcos Rafael Blanco Belmonte en la revista «Blanco y Negro».
«Esto fue un martes, como pudo haber sido otro día. Pero fue en un martes»
Aunque el escritor y periodista hacía referencia a que ese «martes aciago» del 13 de junio de 1276 en que dio comienzo la superstición fue el día en que Don García Ortiz de Azagra cayó abatido, junto a la mayoría de la población de Játiva (Valencia), contra los musulmanes («esto fue un martes, como pudo haber sido otro día. Pero fue en un martes», advertía), lo cierto es que el origen no está del todo claro.
De hecho, el martes 13 es considerado el día de la mala suerte sólo en las sociedades griega, española y latinoamericana, porque en las culturas anglosajonas se ha trasladado al viernes 13, mientras que en Italia es el viernes 17.
De la Última Cena al «Apocalipsis»
Sobre la expansión de la superstición de la supuesta mala suerte del 13 hay varias teorías: que se difundió desde Escandinavia hacia el sur por Europa y después a América por los conquistadores españoles, que surgió tras la eliminación de la Orden de los Templarios, el 13 de octubre de 1307, que se expandió de Estados Unidos a principios del siglo XX o, incluso, que tiene su origen en la antigüedad, por hechos como que 13 eran los comensales en la Última Cena de Jesucristo, 13 eran los espíritus malignos según la cábala judía o que es en el capítulo 13 del «Apocalipsis» en el que llega el anticristo.
La leyenda dice que un martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel
Otras teorías sitúan la combinación del «maldito» día 13 con el martes a finales de la Edad Media, cuando el planeta martes era conocido como «el pequeño maléfico», representando al dios de la guerra, y por ende, el de la destrucción, la sangre y la violencia. Hay otra teoría más específica que habla de la caída de Constantinopla el martes 29 de mayo de 1453, la cual supuso un profundo trauma para las potencias cristianas. Y algunos echan mano de la leyenda que dice que el martes 13 se produjo la confusión de lenguas en la Torre de Babel.
Más
allá del origen confuso del pavor a este día, lo cierto es que muchas
personas han llegado a desarrollar una auténtica fobia hacia todo lo que
pueda ocurrir un martes y 13 como el de hoy, conocida como «trezidavomartiofobia».
Por ello, hay personas que ni cogen aviones, ni trenes y, ni tan
siquiera, salen a la puerta de la calle. Y si lo hacen salen pensando
que algo malo le va a ocurrir, que las cosas se van a torcer y que la
vida hoy le dará un mal golpe.
Si no es usted de esos, por lo menos recuerde el refrán, por si las moscas: «En 13 y martes, ni te cases ni te embarques».