jueves, abril 19, 2012

Tras comprobar que las negociaciones de paz directas con la guerrilla afgana no han dado resultados positivos, la OTAN tiene que proteger la retirada, ya prevista, de sus tropas .

Estados Unidos ha informado a sus aliados de que se prepara para lanzar este verano «una gran ofensiva» contra los talibanes, tras constatarse que las negociaciones directas no han tenido efecto, con el objetivo de proteger la retirada de las tropas de la OTAN, según revelaron fuentes diplomáticas. La reunión de ministros de Exteriores de la Alianza se ha centrado en mantener la cohesión de todos los países con tropas en el país centroasiático frente a los que muestran una predisposición más apresurada a retirarlas. En discutir sobre el dinero que habrá que desembolsar para el mantenimiento del precario «Ejército» afgano. Y en preparar la situación para después de diciembre de 2014, cuando los afganos tengan que hacerse cargo en solitario de su propia seguridad. 

 Soldados norteamericanos y británicos patrullan
por Musa Qala en la provincia de Helmand

Según el secretario general de la OTAN, el danés Anders Fogh Rasmussen, «hay consenso en que habrá una nueva misión y en que esta ejercerá un nuevo papel», pero no es evidente ni cual será ese papel ni mucho quién pagará el coste de funcionamiento de las fuerzas armadas afganas, que están llamadas a hacerse cargo íntegramente de la estabilidad del país para «preservar las conquistas» y evitar que vuelva a caer en manos de los talibanes y Al Qaida.

 

Recortar el número de soldados

 

La OTAN y el Gobierno de Kabul estiman que el mantenimiento de los 350.000 soldados afganos costará más de 3.000 millones de dólares al año, de los cuales Washington podría pagar la mayor parte (más de 2.000) y el resto se busca entre los demás aliados y países que no han contribuido en la guerra pero que tienen interés en la estabilidad en la región. Sin embargo, la precariedad de medios es tal que el secretario de Defensa norteamericano, Leon Panetta, ha admitido que existen planes para reducir las dimensiones del Ejército afgano a solo 230.000 hombres «en cuanto la situación lo permita».