miércoles, mayo 23, 2012

Cómo usar el smartphone para que la batería dure mucho más

Conviene desactivar las funciones que consumen energía aun cuando no se usan.

Los nuevos teléfonos inteligentes traen enormes pantallas de 4 pulgadas, procesador de doble núcleo, millones de aplicaciones listas para bajar y todo lo que un consumidor exigente puede acariciar. La contracara de este paraíso móvil es el desmedido consumo de energía de estos aparatos. Algo que ninguna batería logra sostener.

 Pantalla. Lo elemental es reducir el brillo al mínimo.
Y recortar el tiempo de inactividad a 20 segundos.

Dependiendo del toqueteo y las exigencias, una batería cero kilómetro en un teléfono de alta gama resiste poco más de 24 horas de uso continuo. La ecuación a resolver es ¿Qué medidas tomar para una mayor autonomía? De movida, habrá que quitar el fondo de pantalla animada, que es muy vistoso pero consume que da calambre. Otra regla básica para ahorrar miliamperios es apagar el equipo durante la noche.

A estas dos medidas introductorias se le suman otros puntos: Pantalla . Al ser la principal fuente de despilfarro se la puede atacar desde varios frentes. Lo elemental es reducir el brillo al mínimo y de ser posible, activar la autorregulación. Además, recortar el tiempo de inactividad a 20 segundos para conseguir que se bloquee automáticamente lo antes posible.


Ante situaciones de alto consumo, nada como apelar al Modo de Ahorro de energía. Se puede mantener siempre activado, o al menos cuando el nivel de la batería baja a un determinado porcentaje.

Red de datos . El uso intensivo de las redes 3G baja el medidor en unas horas. Cuando no se está navegando, lo idea es desactivar el 3G y permanecer en GPRS. Un método simple de cancelar la conexión es a través de las aplicaciones denominadas APN o punto de acceso. Así, con un clic se autoriza el flujo de datos y con otro, se corta el chorro. Y en caso de que la zona tenga poca cobertura GSM, es recomendable activar el Modo avión. Este recurso desconecta el equipo de cualquier red, para poder usar el resto de las funciones.

Conexiones.
Tanto al Wi-Fi como al Bluetooth, es conveniente tomarse el trabajo de bajarles la palanca cuando se termina de usarlos. La misma lógica se aplica para el sistema de posicionamiento satelital, todo un devorador de energía. Para facilitar la operación, se puede descargar un panel de acceso (los equipos Android ya lo traen) del que también se controla el brillo, el GPS y las conexiones.

Vibración.
Aunque resulte curioso, el sistema de vibración del smartphone dilapida más batería que el ringtone convencional. Es preferible suprimirlo como medio de notificación y como efecto háptico (el leve temblor que se experimenta al pulsar una tecla).

Widget.
Son esas pequeñas aplicaciones que se pegan en la pantalla principal. Estos software, entre los que abundan los de redes sociales, clima, conversores de moneda y horóscopos, basan su funcionamiento en la actualización periódica de datos. Lo mejor es mantener sólo los indispensables y limitar la conexión al momento de usarlos para dejarlos quietos.

Push.
La sincronización automática de las cuentas asociadas, lo que comúnmente se conoce como servicios push de aplicaciones como las del correo, consumen energía. Su misión es brindar notificaciones en tiempo real, pero para garantizar el servicio se requiere una constante comprobación mediante conexiones.