El asteroide Vesta, el segundo más grande del Sistema Solar, es en realidad un pequeño protoplaneta. Se originó por acreción de materiales en los primeros pocos millones de años del Sistema Solar y en su geografía muestra ahora rasgos peculiares, como un gran cráter de impacto con una anchura de unos 500 kilómetros de diámetro (el 90% del diámetro del asteroide) y 19 de profundidad. De él proceden meteoritos que llegan a la Tierra de vez en cuando. La sonda científica de la NASA Dawn, que se lanzó en 2007, ha estado estudiando de cerca el Vesta desde julio de 2011 y ahora los científicos presentan los análisis de la información recibida en seis artículos que publica la revista Science. Los investigadores sugieren que el gran tamaño de Vesta (de unos 525 kilómetros de diámetro) y su núcleo férrico (de unos 110 kilometros de radio) podrían explicar la supervivencia de este objeto del Sistema Solar durante tanto tiempo.
Cartografía digital del asteroide Vesta
Un equipo de investigadores, con la información captada pos los instrumentos de la Dawn, han cartografiado Vesta, o 4 Vesta como se denomina oficialmente, y explican que tiene abundantes cráteres de impacto, pero no han encontrado indicios de actividad volcánica. Por los rasgos de su superficie, el cuerpo parece un cruce de la Luna, los planetas terrestres y otros asteroides. El mayor cráter es el Rheasilvia, de 500 kilómetros, y relativamente reciente en términos geológicos: se originaría hace un torno a mil millones de años (el Sistema Solar se formó hace unos 4.500 millones de años). Otro enorme cráter, aunque ligeramente más pequeño, es el Veneneia, de unos 400 kilómetros de amplitud y también relativamente reciente.
Por su composición y estructura, los científicos concluyen que la historia evolutiva y geológica de 4 Vesta ha sido más parecida a la de los planetas terrestres (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) que a la de otros asteroides.
La sonda Dawn terminará este verano su misión en 4 Vesta y el 26 de agosto emprenderá la segunda parte de su viaje, con destino al asteroide Ceres, otro probable pequeño planeta fallido, al que llegará en 2015.