Internet vive en un permanente estado de próximo colapso desde
finales de los años noventa. La producción exponencial de información
satura los servicios de almacenamiento y transmisión de datos. Las voces
de alarma han vuelto a saltar por la alerta del gigante de la
informática IBM de que el día fatal está a punto de llegar.
Internet
fue diseñado para la comunicación de extremo a extremo; sin embargo, el
mayor tránsito de datos depende ahora del consumo de contenidos,
principalmente vídeo. Es decir, se inventó como una red telefónica pero
se usa como una televisión. «Internet es deficiente para este uso. Se ha
ido degenerando y ha sobrevivido a base de parches para evitar su
colapso. De momento, vamos tirando con la evolución del ancho de banda,
los avances en almacenamiento y las redes de distribución de
contenidos», explica Juan Quemada, catedrático de Ingeniería de Sistemas
Telemáticos de la Universidad Politécnica de Madrid.
Los
datos de internet se almacenan en servidores físicos y discos duros con
tareas de almacenamiento cada vez más costosas. El vicepresidente de
supercomputadoras de IBM, Dave Turek, avisó en un reciente artículo en BusinessWeek
de que a medida que los chips de silicio son más pequeños generan más
calor y es más caro su mantenimiento. Turek advirtió que el 70% del
presupuesto de IBM está destinado al cuidado de las máquinas de
almacenamiento de datos. Y el porcentaje aumenta. Desde la prehistoria
hasta el 2003, el ser humano generó cinco mil millones de gigabites de
información. En 2011, se alcanzó esa cifra cada dos días. Y en 2013 será
cada diez minutos.
El físico teórico Michio Kaku corrobora
la necesidad de un cambio de materia prima. «Hay un límite final
impuesto por las leyes de la termodinámica y la mecánica cuántica
respecto de cuánto poder computacional puedes lograr con el silicio». La solución podría pasar por la implantación de otros materiales en investigación, como el grafeno, o los computadores cuánticos. Todo depende de la inversión de las empresas para cambiar de material en un contexto de crisis.
Falta de inversión en redes
«No
habrá cuello de botella en el almacenamiento de datos porque la
capacidad de los dispositivos de almacenamiento aumenta frenéticamente»,
tranquiliza el catedrático Quemada. «Tampoco habrá problemas de
inversión de estas empresas porque obtienen enormes beneficios».
El
problema, según Quemada, está en la transmisión de datos por falta de
inversión de las empresas de telecomunicaciones. «Las redes necesitan
una mayor inversión: zanjas, tecnología de fibra óptica... Muchas “telecos” no están invirtiendo lo suficiente, a pesar de que hay tecnología disponible, con un ancho de banda muy avanzado». El último informe de Cisco
pronostica que el tráfico global de datos se multiplicará por 18 en los
próximos cinco años, impulsado por el consumo de internet móvil.
Internet del futuro
En
cualquier caso, estas soluciones solo son parches del remedio
definitivo. «La clave de la red pasa por redefinir su estructura para unificar sus dos funciones:
distribuir información y establecer comunicación. Modificar los
protocolos, ahí está el núcleo de la cuestión», explica el catedrático
de Ingeniería de Sistemas Telemáticos de la UPM. «La red podrá
sobrevivir diez años más de crecimiento con la tecnología actual.
Después, sería antinatural».
Quemada,
sin embargo, está tranquilo a pesar de su diagnóstico porque confía en
el ingenio humano: «Siempre vamos al colapso, pero siempre surgen soluciones. Con el tiempo aparecen ideas que lo harán más fácil. Surgirá una tecnología que dará la solución».