Alertan por los falsos perfiles de Facebook. Ocurre cuando alguien toma la cuenta de su víctima o crea una nueva con su nombre. Allí suben confesiones de delitos o de intimidades sexuales. Un proyecto de ley busca tipificarlo como delito.
Según coinciden los expertos, el robo de identidad está entre los 
problemas más frecuentes en Facebook.
En una de las formas más frecuente del robo de identidad, alguien
 se apodera de la contraseña del perfil de una víctima, toma el control 
de su cuenta y emite desde allí contenidos perjudiciales para el titular
  del perfil. En estos casos, generalmente se suben confesiones de 
delitos, o de intimidades sexuales. Todo será contra la reputación de la
 víctima.
También están los que crean un perfil de Facebook en nombre de otra persona . En esos casos se pueden perseguir desde fines más o menos inocentes –como parodiar a un famoso– hasta otros delictivos.
Cristian
 Borghello, consultor en Seguridad Informática y titular del portal 
especializado Segu-info, señala que en su sitio reciben un promedio de 
dos denuncias semanales de robo de identidad en Facebook. “Y en 2009 no 
eran más de una o dos al mes”, afirma.
El problema, al parecer, 
se da en todas las edades. Daniel Monastersky, abogado especializado en 
robo de identidad, afirma que las usurpaciones y la creación de perfiles falsos para hostigar compañeros (ciberbullying), es uno de los delitos por excelencia de Internet .
Maximiliano
 Bendinelli, perito en seguridad informática, cuenta que la usurpación 
de identidad en las redes sociales también se usa para conseguir 
información sobre conocidos. Es común que alguien se haga pasar por otra
 persona para hacer averiguaciones sobre su pareja o su ex, dice 
Bendinelli.
Respecto a los diferentes modos de adueñarse de otra 
identidad, Borghello explica que armar un perfil falso es el más fácil. 
“Lo único que se necesita es una foto de la víctima”, dice. En cambio, 
hacerse de la contraseña de la persona elegida como blanco para robarle 
su cuenta, es más trabajoso. E implica un mayor riesgo, porque en algún 
momento se deberá entrar en contacto con la víctima, aunque sea por 
e-mail, lo que lo obliga a dejar algún rastro. 
Facundo Malaurelle
 Peltzer, abogado y miembro de la ONG Argentina Cibersegura, pone el 
acento en que en el país la suplantación de identidad digital no es un 
delito. “Suele ser un acto preparatorio para delitos económicos y hasta 
sexuales. Y en la Argentina, muchas veces hay que esperar un daño real 
posterior al robo de identidad que sí sea delito para poder accionar 
judicialmente”, afirmó a Clarín .
En Argentina el 15 de mayo ingresó al Senado un proyecto de ley que tipifica como delito el robo de identidad digital
 . Fue presentado por los senadores María de los Angeles Higonet y 
Carlos Alberto Verna, del Partido Justicialista de La Pampa, y propone 
incorporar al Código Penal un artículo que fija un castigo de prisión de
 seis meses a tres años o multas de hasta 200 mil pesos para quien use 
la identidad de otra persona física o jurídica para dañar a otra 
persona.
