Se da más en los hombres, y en su aparición influyen factores como la obesidad o ciertas costumbres dietéticas.
Sales a comer con tus amigos y no dudas en pedir un gran plato de bife a
lo pobre con todos sus ingredientes, cebolla incluida. Lo disfrutas de
principio a fin, acompañando tu festín con una cerveza helada. Pasas un
rato agradable con buena comida y buena conversación, pero a la hora de
volver a tu casa sientes un leve malestar que poco a poco se va
acentuando hasta que prácticamente no te deja dormir. Estás
experimentando un cuadro de acidez estomacal, algo que seguramente no
esperabas después del grato momento que habías pasado.
Antonio
Rollán, gastroenterólogo de Clínica Alemana, explica que la "acidez" es
una expresión que se usa de forma coloquial para referirse a un conjunto
heterogéneo de molestias que pueden ser muy distintas para diferentes
personas, y que tienen en común el ser atribuidas a la acción nociva del
ácido gástrico sobre el tubo digestivo.
"En su acepción más
frecuente se utiliza para representar una sensación de ardor en la parte
más alta del abdomen o 'boca del estómago' que asciende en forma
variable por detrás del esternón", sostiene.
Sin embargo, la
sensación de ardor no es el único síntoma que acompaña la acidez
estomacal, sino que también es común que se experimente un gusto amargo
en la boca; dolor, ardor o malestar cervical; y flatulencia. Sin duda,
nada agradable.
En el lenguaje médico, la acidez estomacal se
conoce como pirosis y se atribuye al paso atrasado del contenido ácido
del estómago al esófago, en otras palabras, al reflujo gastroesofágico.
"De hecho, constituye uno de los pocos síntomas digestivos lo
suficientemente específico como para permitir directamente el
diagnóstico, sin necesidad de otros exámenes", afirma el especialista.
Se
trata de un cuadro que se presenta con mayor frecuencia en los hombres,
y en su aparición influyen factores de riesgo como la obesidad o
ciertas costumbres dietéticas. "Existe también alguna susceptibilidad
genética, ya que se aprecia cierta tendencia a la agregación familiar",
señala Antonio Rollán.
Alimentos que la favorecen
No
todas las comidas provocan reflujo gastroesofágico y, en consecuencia,
pirosis o acidez estomacal. Según explica el gastroenterólogo, los
alimentos con alto contenido de grasas y proteínas lo favorecen, "ya que
permanecen mucho mayor tiempo en el estómago y estimulan
prolongadamente la secreción de ácido gástrico". Asimismo, la cebolla y
algunos aliños contribuyen a que el contenido ácido del estómago se
devuelva hacia el esófago, debido a que relajan el esfínter esofágico
inferior, una estructura muscular especializada que se ubica en la parte
más baja del esófago.
"Existen además un gran número de
alimentos que inducen síntomas de reflujo gastroesofágico sólo a algunas
personas, entre los que se cuenta el café, el alcohol, los alimentos
muy dulces como la miel o mermeladas, y muchos otros", puntualiza el
médico.
De esta manera, si sufres de acidez estomacal, la primera
medida que puedes tomar para prevenirla es precisamente evitar los
alimentos que sabes que te provocan los síntomas. Antonio Rollán también
recomienda mantener un peso adecuado, cenar entre dos y tres horas
antes de ir a acostarse y evitar las comidas demasiado abundantes.
En
caso de que el cuadro ya esté instalado, la forma más adecuada de
tratarlo es con medicamentos que reduzcan en forma efectiva y prolongada
la secreción de ácido gástrico. El especialista sostiene que entre
ellos destacan los "inhibidores de la bomba de protones, como el
omeprazol, esomeprazol, lansoprazol, pantoprazol y rabeprazol, entre
otros", todos los cuales se venden bajo receta médica.
Sin
embargo, es importante tener en cuenta que el reflujo gastroesofágico
que causa la acidez puede llegar a convertirse en una enfermedad. ¿Cómo
saberlo?, te preguntarás. "Cuando es muy frecuente (dos veces por semana
o más), obliga a utilizar antiácidos o medicamentos para controlar los
síntomas, o se asocia a daño en la mucosa del esófago", responde el
gastroenterólogo. "En estas circunstancias se trata habitualmente de una
condición crónica, aunque los síntomas pueden presentarse en forma
intermitente", agrega.
Antonio Rollán explica que el reflujo
gastroesofágico es una condición que puede afectar hasta al 20% de la
población adulta y asegura que la mayor parte de los casos pueden ser
manejados por médicos de atención primaria. Sin embargo, existen algunos
signos a los que hay que poner atención, porque de presentarlos es
necesario acudir a un especialista. "Debe consultarse cuando los
síntomas son especialmente intensos, existe una mala respuesta al
tratamiento o existen molestias asociadas, como dificultad para tragar,
baja de peso, anemia o antecedentes familiares de neoplasia (tumor)
digestiva", concluye el médico.