La sangre bombea nuestro corazón en todo momento; solo al sufrir un
ataque cardiaco o por razones quirúrgicas, el flujo puede quedar
interrumpido. En situaciones normales, una vez reestablecido el flujo
sanguíneo, el corazón debería funcionar correctamente, pero no siempre
ocurre así. A veces, el corazón puede fallar y las causas hay
que buscarlas en los daños colaterales que pueden ocurrir cuando la
sangre vuelve a entrar en el corazón. Y esto puede impedir la recuperación y causar futuros problemas cardíacos.
Hasta ahora, los investigadores se han visto obstaculizados por la incapacidad de ver en tiempo real cómo
el hecho de restaurar el flujo sanguíneo desencadena inflamación que
puede causar una lesión mayor. Pero en un trabajo que publica The Journal of Clinical Investigation,
un equipo de investigadores de la Universidad de Washington (EE.UU.),
ha capturado, en ratones, las primeras imágenes de un corazón que late
con una resolución tan detallada que puede realizar un seguimiento de
cómo las células inmunitarias individuales pululan en el músculo del
corazón, causando inflamación.
Los investigadores dicen que esta técnica de imagen, denominada imagen de dos fotones intravital,
es una poderosa herramienta para la comprender los procesos de
inflamación que ocurren cuando el flujo sanguíneo se detiene
temporalmente y se reiniciar más tarde.
Inflamación
La
inflamación es un evento muy habitual después de un ataque al corazón,
una intervención de cirugía a corazón abierto o un transplante cardiaco,
señala el autor principal del estudio, Daniel Kreisel. «Sin embargo,
poco se sabe sobre cómo la inflamación afecta a el corazón. Ahora que ya
tenemos la capacidad de ver todos los factores celulares implicados, podemos empezar a pensar en nuevas dianas terapéuticas».
La
técnica, que ya había sido utilizada en ratones, nunca había sido
empleada en un corazón. «Nadie pensó que se podrían obtener imágenes
claras de las células en el interior del corazón que late- explica Li
Wenjun-. Pero las imágenes que hemos capturado son muy ricas en
detalles, hasta el nivel de células individuales. Creemos que esta
información será aplicable a los seres humanos».
Neutrófilos
Utilizando
la técnica en ratones que habían sido sometidos a una trasplante de
corazón o habían sufrido una interrupción temporal en el flujo de sangre
al corazón, los investigadores vieron que a los pocos minutos de
restaurar el flujo sanguíneo, glóbulos blancos especializados, llamados
neutrófilos, se precipitaban en el corazón.
Se sabe que los
neutrófilos son un motor clave de la inflamación, pero los científicos
nunca habían visto el tráfico de células inmunes. Mediante el bloqueo de
los neutrófilos en las paredes de los vasos sanguíneos, los
investigadores podrían reducir el movimiento de estas células en el
corazón, y prevenir así nuevas lesiones.
Otros órganos
Este
mismo equipo también ha utilizado la técnica en pulmones del ratón y
otros científicos la han utilizado en la piel, el hígado y otros
órganos. Sorprendentemente, los investigadores están descubriendo que el
tráfico de neutrófilos se diferencia de un órgano a otro. «Cada órgano
parece tener sus propios requisitos para la señalización y la atracción
de células inflamatorias -comenta Kreisel, quien también es profesor
asociado de cirugía-. Es como si cada órgano tuviera su propio código postal.
Ahora, tenemos la capacidad de identificar todas las células y las
moléculas de señalización que intervienen en la inflamación del corazón y
cómo bloquearlas para ver si podemos prevenir el daño de órganos».