Aterrizar a Curiosity a 500 millones de kilómetros
de distancia, y hacerlo bien, es como para volverse loco de alegría.
Porque había demasiadas cosas que podían salir mal. Sobre todo en esos
últimos siete minutos
desde la entrada en la atmósfera hasta tocar el suelo. Muchos años de
trabajo pasados y un otros tantos de investigación en el futuro se
jugaban a una sola carta.
Un vídeo sincroniza las imágenes de MARDI, la cámara con la que Curiosity grabó su decenso al planeta rojo, con el sonido de «Mission Control»,
donde estaban los responsables de seguir la secuencia de descenso. Un
audio emocionante que muestra a los trabajadores de NASA ilusionados y nerviosos. Un grupo humano que estalla en vítores y gritos cuando el operador confirma que todo ha salido bien: «Touchdown confirmed».
Además, en el nuevo vídeo se pueden seguir con más detalle las distintas etapas de la secuencia de aterrizaje.
Incluso algunas que no son suficientemente obvias si sólo se presta
atención a las imágenes. Cuándo se suelta el paracaídas o cuándo
arrancan los retrocohetes. Incluso esos pocos segundos entre que las
ruedas tocan el suelo y la grúa voladora, Skycrane, se suelta para alejarse de Curiosity.
Técnicamente, lo que muestran las imágenes ocurrió varios minutos que el audio. La distancia entre Marte y la Tierra, y el hecho de que la información no puede viajar más rápida que la velocida de la luz
obligan a este desfase. Para colmo, las imágenes en alta resolución
llegaron varios días después del aterrizaje. Durante la maniobra de
descenso, Curiosity envió datos de telemetría y unos pequeños pitidos
para avisar de que iba superando etapas. Un simple bip puede traer
muchos aplausos.