Expertos advierten que cuando nos sentimos mal y buscamos en la web información sobre determinadas enfermedades o síntomas, solemos "rastrear" la información más pesimista, arribando a conclusiones demasiado negativas, que en general no se verifican.
Cuando aparecen síntomas de una enfermedad, hoy en día es habitual
buscar en Internet una posible respuesta. El problema es que tendemos a
asociar los malestares con todo tipo de enfermedades graves, según los
resultados de un estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de
Hong Kong que fue publicado en la revista Journal of Consumer Research.
"Las
personas con frecuencia temen lo peor cuando se trata de su propia
salud, al mismo tiempo que mantienen una objetividad calmada respecto a
los demás", apunta Dengfeng Yan, coautor de la investigación. Ante los
mismos síntomas, “las personas sobreestiman sus propias probabilidades
de contraer enfermedades raras (y con frecuencias graves) en comparación
con las otras personas", agrega.
En el estudio participaron unos 250 estudiantes universitarios que recibieron información sobre la gripe, el VIH, la osteoporosis y el cáncer de mama.
Ellos tuvieron que imaginar que tenían una serie de síntomas (tos,
fiebre, resfrío) y les preguntaron si pensaban que tenían la gripe
"normal" o la más "preocupante" (porcina H1N1). Cuando se referían a sus
propios síntomas se autodiagnosticaban la cepa más rara con más
frecuencia que si pensaban que los síntomas eran de otra persona.
"Explicamos
estos efectos usando el concepto de distancia psicológica", señaló Yan.
Con la distancia, las personas tienden a depender de información más
amplia, como estadísticas (o sea, las probabilidades de que una persona
dada contraiga la enfermedad X) y menos de información específica del
individuo, como los síntomas que presenta.
Para tener una opinión local sobre los resultados, Entremujeres consultó a la doctora Cecilia Nine, médica clínica del Hospital Alemán.
“El hecho de que uno exagere con pesimismo ante los mismos síntomas que
relativiza o subestima en otro, o viceversa, depende de las
características de la personalidad del paciente. Existen pacientes
ansiosos, hipocondríacos, por un lado, y pacientes negadores o sin
conciencia de enfermedad, por el otro”, detalló.
Según la doctora,
hay personas que investigan en la Web cuando notan discrepancias entre
los distintos profesionales a los que acuden, es decir, por
desorientación ante la disparidad de criterios y de conductas. “Cuando
el paciente abre sus análisis de rutina y comienza a comparar los
valores obtenidos contra los de referencia, cualquier variación es
motivo de intranquilidad”, continúa. Y detalla: "La enfermedad más
buscada es el cáncer, aunque no se presenten ninguno de sus síntomas: la explicación es el miedo inconsciente a padecerlo".
¿Es
confiable la información que circula en la Web? "Es variable según el
origen de la misma pero, más allá de la rigurosidad científica de la
fuente, está el sistema de creencias y la capacidad de comprensión del
paciente, relacionado a la edad
y la preparación intelectual", responde Nine y sugiere consultar
siempre a un médico, que debe ser el decodificador y el tamizador de la
información, para adaptarla a la comprensión del paciente. "En realidad,
todo ser humano necesita a otro ser humano para que lo contenga”,
concluye.