La más célebre activista a favor de los derechos humanos iraní, la premio Nóbel Shirin Ebadi, ha denunciado que 36 universidades de
Irán han prohibido el acceso a las mujeres a más de 70 especialidades
universitarias. Una medida que Ebadi justifica por la pretensión del
gobierno de aquel país de derrotar la lucha a favor de la igualdad de derechos de las mujeres.
Shirin Ebadi defiende desde el exilio el cumplimiento de los derechos humanos en Irán |
Shirin
Ebadi ha dado a conocer que las universidades de Irán han anunciado que
las nuevas titulaciones disponibles para el próximo curso académico están reservadas en exclusiva a los hombres,
aún cuando las mujeres han superado en proporción al número de
estudiantes masculinos que han superado las pruebas de acceso a carreras
universitarias.
En
su opinión, la medida de restringir el acceso a estudios universitarios
se debe a la preocupación que tienen los altos clérigos del régimen teocrático dominante en Irán ante los «efectos secundarios» que podría tener en la sociedad el aumento del nivel educativo entre las mujeres.
Bajo las nuevas directrices políticas existentes en Iran, Ebadi denuncia que las mujeres están siendo excluidas de
una amplia gama de estudios, así como de las principales instituciones
del país «incluyendo la literatura, idiomas, arqueología, física nuclear
o informática, y diversas ingenierías».
Como ejemplo, la Universidad de industria de aceite, que tiene varios campus en todo el país, dice que ya no aceptará alumnas,
alegando una falta de demanda del empleador. Universidad de Isfahan
aporta los mismos argumentos para excluir a las mujeres de sus
titulaciones de minería e ingeniería, alegando que el 98% de las licenciadas que finalizaron la carrera están desempleadas.
Esta
situación ha sido trasladada al Secretario general de la ONU, Ban Ki
Moon y al la Comisión para los derechos humanos de este organismo.
Shirin Ebadi, abogada de derechos humanos y exiliada en el Reino Unido,
ha afirmado que el objetivo real de las universidades y del gobierno de
Irán es el de reducir la proporción de alumnas por debajo del 50%,
cuando en la actualidad su número supera el 65%, para así «debilitar el
movimiento feminista iraní en su campaña contra las leyes
discriminatorias de islámicas».
La nueva política educativa también ha sido criticada por algunos parlamentarios iraníes,
que han convocado al Ministro de ciencia y educación para explicar
estas medidas. Sin embargo, el responsable de este ministerio, Kamran
Daneshjoo, ha desmentido la polémica, asegurando que «el 90% de los
grados quedan abiertos a ambos sexos y que solo se limita el acceso a algunos cursos para generar equilibrio»