martes, agosto 21, 2012

La foto más polémica del 9/11 es un Déjà vu

Una imagen tomada el día de los ataques a Nueva York guarda cierta similitud con una pintura renacentista al plasmar ambas la indiferencia humana.

Thomas Hoepker es un fotógrafo alemán muy reconocido en el ámbito periodístico y que de 2003 a 2007 fue el presidente de la reconocida agencia fotográfica Magnum. Este hombre nacido en Múnich, además de ser un apasionado del mundo de la política, cree fervientemente que las imágenes también deber ser utilizadas para expresar cualquier idea.

Siguiendo sus ideales, en 1976 Hoepker se mudó a Nueva York, ciudad de la que quedó prendado y aunque tuvo que regresar a vivir a su país una década después, cada vez que podía, plasmaba una nueva imagen con su lente de aquella ciudad, con la intención de hacer un trabajo más humanista.

En 2006 dio mucho de qué hablar, pues cinco años después de los ataques terroristas del 11 de septiembre a las Torres Gemelas de "La Gran Manzana" montó una exposición con una serie de fotografías que supuestamente había tomado ese mismo día en aquella urbe, mostrando escenas un tanto alejadas del lugar de la tragedia, muy distintas a lo que hemos visto de aquella catástrofe.

De la foto que más se habló es la de un grupo conformado por cinco jóvenes sentados en el parque de Brooklyn, mostrando una actitud muy relajada, pese a que de fondo se ve una gran nube gris, producto del impacto realizado por el segundo avión.


No se sabe si en realidad aquellas personas en verdad estaban tan tranquilas como se ven en la imagen; aún así, la foto es sumamente cruda, porque revela una de las actitudes que caracterizan a la sociedad estadounidense, que según un artículo del periódico The Guardian, es la poca empatía y asombro que pueden llegar a sentir ante la desgracia ajena.

El autor de aquella nota, Jonathan Jones, señaló en la misma que esa instantánea era muy similar al cuadro del pintor renacentista Pieter Brueghel titulado "Paisaje con la caída de Ícaro". ¿Qué parecido pudiera tener la fotografía de Hoepker con aquel cuadro de mediados del siglo XVI?.

"Paisaje con la caída de Ícaro" es un óleo sobre un lienzo al cual durante muchos años se le ha atribuido a Brueghel, aunque después de varios estudios realizados en 1996, ahora se duda que esto sea así.
El artista se basó en uno de los poemas de Ovidio y posteriormente, esta obra de arte sirvió de inspiración para que William Carlos Williams escribiera una oda que lleva el mismo nombre. Actualmente, se exhibe en el Museo de Bellas Artes de la ciudad de Bruselas, Bélgica.

Ícaro, como indica guiascostarica.com, es un personaje de la mitología griega que construyó unas enormes alas hechas de plumas pegadas con cera para poder volar. El joven se elevó por los aires, pero se acercó tanto al sol que la cera terminó fundida y él cayó en el mar, muriendo ahogado.

Precisamente en el cuadro, tal y como lo señala pijamasurf.com, se observa una escena clásica de la vida campestre cerca de la costa, en donde se observa a un pastor con su perro, un campesino arando el campo, a un pescador, carabelas en el mar, sin que ninguno de estos personajes se percate que hay una persona en el mar ahogándose; se trata precisamente de Ícaro, de quién sólo se ven sus piernas en la esquina inferior derecha.

Con la descripción de la fotografía y el cuadro muchos especialistas han concluido que la relación existente entre ambos es cómo la cotidianeidad en la que las personas viven atrapadas hace que no se percaten de lo que sucede a su alrededor y cómo es que el mundo puede caerse en pedazos sin que a nadie le afecte, lo que les permite seguir con su vida diaria.

"Las personas en el suelo somos nosotros. Nosotros somos aquellos cuyas vidas transcurrieron, afectadas y no, separadas del corazón de la tragedia por el mar azul del tiempo, que se hizo más ancho y mucho más imposible de cruzar. Un evento de hace 10 años pertenece a la historia, no al presente", fue la conclusión de Jones tras el análisis de ambas imágenes.