David Rudisha no vende tantas entradas como Usain Bolt, pero este
masai de 23 años quiso robarle la escena al fenómeno jamaicano apenas
una hora antes de su puesta en acción para los 200 m. lisos. Rudisha lo
hizo en Londres, tierra de mediofondistas, cuna de Sebastian Coe, no muy
lejos de la de Steve Ovett, donde protagonizó, como acostumbra, de
principio a fin, una carrera de 800 m. brutal en la que su único rival
era el reloj. Lo paró en 1:40.91 para hacer añicos la leyenda. Ya no es imposible correr por debajo de 1:41.
"Coe es muy buen amigo mío", desveló después Rudisha, producto keniano del Rift. "En febrero me trajo para viera el estadio y le dije que cuando volviera le haría sentirse orgulloso. Romper el récord de mundo aquí es algo increíble. Me había apreparado bien pero tenía que esperar a ver si las condiciones eran perfectas. Y sí, hoy el día era maravilloso [24 grados y un 46% de humedad]".
Rudisha, imperial, le pegó un bocado de una décima a su plusmarca mundial para completar el círculo, para añadir el oro olímpico al título mundial conquistado el año pasado en el Mundial de Daegu. Lo logró tras marcar un ritmo infernal de 49.28 s. en el primer paso por meta. Siempre en cabeza, sin mirar hacia atrás, nunca pendiente de los nuevos talentos africanos aún muy lejos de inquietar su reinado, se impuso por casi un segundo de diferencia al botswano de 18 años Nijel Amos, nuevo récord del mundo júnior (1:41.73), que corrió un segundo y 27 centésimas por debajo de su registro personal para clavar el tope de Coe, y del otro keniano en la prueba, Timothy Kitum, bonce con 1:42.53.
Todos los finalistas, excepto el gran derrotado, el sudanés Abubaker Kaki, séptimo (1:43.32), corrieron por debajo de sus mejores tiempos en una carrera inolvidable. Otro talento por pulir en esta prueba, el etíope Mohammed Aman, 18 años como Amos, capaz de batir a Rudisha el año pasado, sólo pudo acabar sexto a pesar de rebajar por 17 centésimas el récord de su país que él mismo ya poseía.
David Rudisha es fotografiado al lado del crono que marca su nuevo récord del mundo |
"Coe es muy buen amigo mío", desveló después Rudisha, producto keniano del Rift. "En febrero me trajo para viera el estadio y le dije que cuando volviera le haría sentirse orgulloso. Romper el récord de mundo aquí es algo increíble. Me había apreparado bien pero tenía que esperar a ver si las condiciones eran perfectas. Y sí, hoy el día era maravilloso [24 grados y un 46% de humedad]".
Rudisha, imperial, le pegó un bocado de una décima a su plusmarca mundial para completar el círculo, para añadir el oro olímpico al título mundial conquistado el año pasado en el Mundial de Daegu. Lo logró tras marcar un ritmo infernal de 49.28 s. en el primer paso por meta. Siempre en cabeza, sin mirar hacia atrás, nunca pendiente de los nuevos talentos africanos aún muy lejos de inquietar su reinado, se impuso por casi un segundo de diferencia al botswano de 18 años Nijel Amos, nuevo récord del mundo júnior (1:41.73), que corrió un segundo y 27 centésimas por debajo de su registro personal para clavar el tope de Coe, y del otro keniano en la prueba, Timothy Kitum, bonce con 1:42.53.
Todos los finalistas, excepto el gran derrotado, el sudanés Abubaker Kaki, séptimo (1:43.32), corrieron por debajo de sus mejores tiempos en una carrera inolvidable. Otro talento por pulir en esta prueba, el etíope Mohammed Aman, 18 años como Amos, capaz de batir a Rudisha el año pasado, sólo pudo acabar sexto a pesar de rebajar por 17 centésimas el récord de su país que él mismo ya poseía.