miércoles, septiembre 26, 2012

Astrología y poder político

En todas las épocas, los gobernantes han recurrido a los astrólogos, cuyas predicciones muchas veces les han valido la cárcel, el destierro y hasta la muerte.

La Astrología nació en el seno del poder imperial babilónico y egipcio. Luego tuvo una compleja relación con los emperadores romanos: casi todos tuvieron sus astrólogos, pero al mismo tiempo los prohibían periódicamente, desterraban o condenaban a muerte por miedo a que otros también los consultaran.

Particularmente intenso, aunque siempre complejo, fue el rol de la astrología en la política europea del siglo XVII, y todavía hasta nuestros días con los gobernantes en general.

Fue notable el escándalo suscitado por la primera dama norteamericana Nancy Reagan cuando, el 15 de agosto de 1988, reconoció públicamente que consultaba a varios astrólogos, cuyo juicio era tenido en cuenta por su marido, el presidente de los Estados Unidos.

El nazismo alemán, por supuesto, tampoco pudo resistir a la tentación de acudir a los astros, y esto generó uno de los episodios más desopilantes de la Segunda Guerra Mundial.

El ascenso de Adolf Hitler cuando era un oficial menor completamente desconocido ya había sido predicho en un matutino por la legendaria astróloga Elsbeth Ebertin, madre de Reinhold Ebertin, un importante creador de nuevas líneas astrológicas todavía hoy muy populares.

Por su parte, Heinrich Himmler, jefe de la policía secreta del Reich y acorde con la veta típicamente irracional del nazismo, estaba muy interesado en las ciencias ocultas, así como el oficial Rudolf Hess y Joseph Goebbels, jefe de propaganda.

Cuando el 8 de noviembre de 1939, Hitler sufrió un atentado explosivo contra su vida, el astrólogo suizo Karl Krafft fue detenido por la Gestapo, dado que pocos días antes se había acercado para prevenirles del suceso.

Una vez aclarado que su tan exacto diagnóstico se había basado exclusivamente en la astrología, tanto él como otros astrólogos fueron frecuente y compulsivamente consultados por Himmler, tomándose muchas decisiones bélicas fundamentales según criterios astrológicos.

La inteligencia británica y la resistencia contraatacaron convocando secretamente a varios astrólogos, entre ellos Louis de Wohl, para prever los movimientos aconsejados al enemigo.

Además, introducían en las zonas de conflicto folletines impresos con fechas anteriores llenos de falsas predicciones exitosamente cumplidas y vaticinios sobre la inminente caída del Reich.

Diferencias ideológicas y disgusto con las predicciones menos favorables llevaron a que las SS encarcelaran a todos los astrólogos de Alemania la noche del 12 de junio de 1940, llamada en adelante “La noche de los astrólogos”.

Ya detenidos, se los siguió consultando, pero su desgracia fue definitiva cuando desaconsejaron a Hitler la invasión a Siberia, prediciéndole (correctamente) que sería su ruina, lo que enfureció al mandatario y llevó a que la gran mayoría de ellos muriera en los campos de concentración.