Paulo Gabriele hizo esta afirmación al comparecer ante un tribunal que lo juzga por robo de documentos secretos. Admitió que no fue el único que filtró material a la prensa.
En fuertes declaraciones ante un tribunal que lo está juzgando por
robo de documentos secretos del Vaticano, el ex mayordomo del Papa,
Paulo Gabriele, sostuvo que Benedicto XVI es “fácil de manipular”.
"En
mi posición yo podía ver cómo ciertas situaciones eran percibidas por
la gente y cómo eran vistas por aquellos en la cúpula", dijo Gabriele a
los jueces, a quienes reveló que hablaba de los asuntos de la iglesia
con el papa cuando comían.
"Empecé a pensar que era fácil
manipular a una persona que tiene tan enorme poder en sus manos",
sostuvo. Y agregó: "A veces el Papa hacía preguntas sobre cosas de las
que debería haber estado informado".
El ex mayordomo, que confesó
el robo de los documentos, por lo que podría ser condenado a cuatro años
de cárcel, aseguró asimismo que no tuvo cómplices y que tampoco recibió
dinero por hacerlo.
"En lo que respecta al robo con agravante, no
me siento culpable", indicó sin embargo. "Pero me siento culpable de
haber abusado de la confianza que puso en mí el Santo Padre".
Gabriele,
conocido como "Paoletto", acudió al juicio impecablemente vestido con
un traje gris, camisa blanca y una corbata gris oscura. Al principio se
le vio masticar caramelos y dio la impresión de cansancio.
Aseguró
que desde hacia tiempo recogía documentos del despacho del secretario
del papa y los fotocopiaba, pero que su intención en un principio no era
la de filtrarlos para que se publicaran en un libro, como al final
ocurrió. Manifestó que la situación de "desconcierto" que veía en el
Vaticano fue la que le llevó a reunir documentos, de los que hizo
fotocopias.
"No era tan iluso como para no saber que pagaría las
consecuencias, pero no me considero el único que ha pasado documentos
(sobre el Vaticano) a la prensa", dijo a preguntas del fiscal.
Según
dijo, los documentos los copió para él, sin considerar difundirlos. Sin
embargo, en el Vaticano lo acusan de darlos a un periodista. Respecto
de su detención, se quejó de haber sido encerrado en una celda en la que
no podía estirar los brazos y en la que faltaba aire. La primera noche,
dijo, "incluso me negaron una almohada para dormir".
La policía
vaticana, por su parte, negó que sufriera maltrato en prisión. En un
comunicado, confirmó que estuvo en una celda de aislamiento "unos 20
días". Pero la policía insiste en que esa celda "cumplía los estándares
de detención aplicados en otros países en casos similares".
También
confirmó que la luz se mantuvo encendida en todo momento, una medida
que podría ser considerado maltrato, pero señaló que le concedió un
antifaz para cubrir sus ojos durante la noche. La luz, añade, pretendía
"evitar posibles actos de autolesión y servía a motivos de seguridad",
dijo la policía. Además, señala que Gabriele pidió que la luz se
mantuviera encendida en los siguientes días, porque así se sentía
acompañado.
En el domicilio de Gabriele encontraron miles de
documentos, muchos de ellos originales, procedentes del despacho del
secretario del papa, así como el cheque por valor de 100.000 euros
donado al papa por la Universidad Católica de Murcia (España), una
supuesta pepita de oro y un ejemplar de la Eneida de 1512, que el
casusado insistió en que no sabía cómo habían llegado hasta ahí.