Cuerpos esculturales, rostros de porcelana, mejoría en
determinados tratamientos médicos o en la fertilidad femenina son
algunas de las propiedades que desde determinados foros, revistas o
páginas web conceden al zumo de Noni. Desde la Organización de consumidores y Usuarios (OCU) advierten del peligro de otorgar a un simple zumo de frutas cualidades que no se conocen por carecer de estudios suficientes para llegar a entender como produce sus beneficios en el organismo.
El zumo de Noni es una bebida ancestral de los indígenas polinesios que hoy se comercializa en todo el mundo |
Qué es realmente esta bebida
El zumo de Noni se obtiene del fruto de la Morinda Citrifolia, una planta medicinal polinesia también
llamada Noni. Debido a que el sabor de la pulpa no es especialmente
agradable, lo habitual es mezclarlo con jarabes o grandes cantidades de
agua.
Según las tablas nutricionales muchos
de los zumo de Noni que se comercializan aporta menos vitamina C y
fibra que otros zumos como el de naranja. Además, según la OCU su
elevado precio que oscila entre los 30 y 40 euros por litro dificulta
beber grandes cantidades y en la mayoría de sus presentaciones la
cantidad de Noni es residual.
Las empresas dedicadas a su comercialización aseguran que
elaborar un buen zumo de Noni 100% puro y orgánico tiene un coste
elevado. Las dos formas de elaborarlo,
exprimido o separando la fruta de la pulpa y dejándola fermentar de
entre 2 y 6 meses tiene un coste que repercute en el precio final.
Ni tóxico ni milagroso
Desde el punto de vista de la seguridad alimenticia, este zumo ha sido aprobado por la Unión Europea como
nuevo alimento y se compra y vende sin problemas. No es tóxico y se
considera seguro pero lo que no está demostrado científicamente y
publicado en revistas de prestigio son los beneficios que tiene sobre el
organismo. Tan solo su uso ancestral por parte de los indígenas polinesios sustenta los «milagros» de beber zumo de Noni.