El austríaco Felix Baumgartner busca fondos para viajar al espacio.
Vio algo más. Estuvo en una dimensión prácticamente inexplorada por
los seres humanos, y quizás esté ahora percibiendo algo nuevo; un
destino inexorable, una escala próxima más allá del cielo. Luego de
saltar al vacío desde la estratósfera, el austríaco Felix Baumgartner
tiene un nuevo reto: viajar a la luna. Las nuevas intenciones del
atleta, que ya se lanzó con todo a conseguir fondos para su próximo
desafío, fueron publicadas ayer por el diario alemán “Sport Bild”
“Me gustaría viajar a la luna en un futuro no tan lejano. Quizá venga
alguien que diga: ‘Ten cuidado que te lo financio’. Es lo que necesito
en este momento”, declaró el deportista extremo al rotativo en un
reportaje.
En su opinión, “el futuro será de los viajes al
espacio financiados por particulares. Los grandes países,
lamentablemente, ya no tienen el dinero para invertir en ello”.
“Las
estaciones espaciales serán verdaderos refugios alojamientos y deberían
estar provistas de alimentos, agua y combustible (...) Las empresas,
que consigan ofrecer eso rápidamente y a un precio económico, casi como
un paquete turístico, serán si dudas las que dominarán el universo”,
indicó el deportista austríaco de 43 años de edad.
Baumgartner
está convencido de que este tipo de transporte se convertirá en un
servicio de transporte normal como cualquier otro servicio actual, igual
que el envío de cartas o paquetes, y él, repite una y otra vez, quiere
ser “uno de los primeros paquetes que se envíen al espacio”.
El
austríaco se hizo famoso en todo el mundo el pasado 14 de octubre luego
de aterrizar sano y salvo sobre la superficie terrestre después de
completar su salto récord desde la estratosfera, en un paisaje de
características espaciales. Lo hizo al lanzarse desde una cápsula
suspendida a 39 kilómetros de altura, y esa hazaña fue la que le
permitió convertirse en el primer hombre en romper la barrera del sonido
en caída libre.