Cuando en la Estación Espacial Internacional (EEI) hay una
filtración o una fuga, el equipo de astronautas que en ella trabaja
tiene que seguir un estricto protocolo de seguridad. Las consecuencias
de que, por ejemplo, haya una fuga de aire a los 400 kilómetros de
distancia de la Tierra que se encuentra la EEI, podrían ser
catastróficas.
Catastrófico podría ser también para la NASA que parte de su información -en especial aquella que está «protegida»- fuera filtrada a los gobiernos y ejércitos de naciones como China, Irán o Corea del Norte.
Por ello, sería lógico pensar que la NASA protege con fuertes medidas
de seguridad su base de datos. Sin embargo, no es del todo así.
La vulnerabilidad de la NASA ha quedado demostrada con el cierre temporal de su Servidor de Informes Técnicos,
una medida que la agencia se ha visto obligada a tomar tras enterase de
que presuntamente parte de sus secretos habían sido recopilados con la
intención de ser compartidos con las autoridades chinas.
Esta turbulenta historia de posible espionaje empezó a desentramarse cuando el FBI lanzó una investigación sobre Bo Jiang,
un ciudadano chino que hasta ahora trabajaba como investigador para el
Instituto Nacional Aeroespacial (NIA). Este instituto es una
organización sin ánimo de lucro dedicada a la investigación aeroespacial
y atmosférica con la que la NASA colabora en diferentes programas. La
colaboración de Jiang con la NASA le daba pleno acceso a todos sus
archivos, incluidos documentos clasificados y protegidos.
El FBI abrió el caso de Jiang el pasado 13 de marzo para
investigar «conspiraciones y violaciones sustantivas a la Ley de Control
sobre la Exportación de Armas». La razón por la que Jiang era
sospechoso es que al parecer estaba afiliado en China a una organización
considerada por el gobierno de EE.UU. como «entidad problemática».
Tras arrancar la investigación, el FBI descubrió que Jiang
acababa de planear de manera abrupta abandonar EE.UU. para regresar a
China con un billete solo de ida.
Cuando el día 16, Jiang se disponía a coger un avión destino a Pekín, fue arrestado por el FBI.
Su arresto se debió a que, cuando en el aeropuerto los agentes le
preguntaron qué aparatos electrónicos portaba consigo, el joven enumeró
una serie de objetos, pero olvidó mencionar un ordenador, un disco duro y
una tarjeta sim. Aunque la falta parece carecer de importancia, fue la
excusa perfecta para detener a Jiang y poder investigarlo más a fondo.
Investigación para saber qué sacaba
En la orden judicial presentada, el FBI explica que ha
acusado a Jiang de hacer declaraciones falsas a agentes federales y
añade que creen que los aparatos que Jiang no declaró son «material de
la investigación federal, ya que es importante descubrir qué tipo de
medios electrónicos Jiang estaba sacando de EE.UU.».
Después de que el FBI hiciese pública su investigación, el administrador de la NASA, el general Charles Bolden,
anunció que había ordenador revisar el acceso que los ciudadanos
extranjeros de ciertos países tenían a la base de datos de la agencia.
Además, estableció una moratoria para posponer la aprobación de todas
las solicitudes de acceso procedentes de ciudadanos de China, Irán,
Corea del Norte, Arabia Saudí y Uzbekistán.
Además, la NASA decidió cerrar hasta nuevo aviso la
web del Servidor de Informes Técnicos. «El servidor no estará
disponible para el acceso público mientras que la agencia ejecuta una
revisión del contenido de esta página para garantizar que no contiene
información técnica que sea objeto de las leyes de exportaciones de
EE.UU.», reza parte del mensaje que figura en la sobria página.
Un chivatazo
El origen de las sospechas sobre Jiang nace de Frank Wolf,
el congresista por el Estado de Virginia que preside el subcomité de la
Cámara de Representantes que supervisa la NASA. Varios informantes de
Wolf le habían explicado que el joven investigador tenía demasiada libertad a la hora de acceder a los archivos de
la NASA y de pasear por las instalaciones de la agencia. «La
información a la que ha tenido acceso sería de enorme interés para
espías extranjeros, incluido China», aseguró Wolf en una rueda de
prensa.
Este congresista, quien es un firme crítico de las
flaquezas de la seguridad de la agencia espacial, fue quien puso sobre
alerta al FBI.