El Instituto Americano del Petróleo (API, por sus siglas en inglés) anunció el miércoles una fuerte caída en los inventarios semanales de petróleo estadounidense.
De acuerdo con el API, los inventarios registraron la semana anterior una caída de 4,2 millones de barriles, por lo que la existencia de ese combustible en el país registró un 362 millones de barriles; caída que se debe a la reducción en la producción de las refinerías; asimismo, se redujo la existencia de gasolina en 387 mil barriles; y de destilados en 600 mil unidades.
El descenso registrado por los inventarios de petróleo no era de esperarse ya que los especialistas esperaban que la baja del stock de crudo en la semana fuera de 1,3 millones de unidades.
Ante la amenaza de un posible ataque estadounidense a Siria, se espera un alza de precio de petróleo. Sin embargo, el miércoles, pese a la baja de los inventarios de crudo y gasolina y la tensa situación en Siria, se registró una leve baja en los precios del petróleo en los mercados internacionales.
Cae el precio del té, otro sinsabor de la crisis en Egipto
Es de manual. Si cuando aumenta la oferta de un
producto cae al mismo tiempo la demanda, el precio se desploma y los
ingresos de los productores terminan por el suelo.
Este país es el quinto importador de té del planeta. Hoy está sobreviviendo de prestado de otros países árabes. En 2011 sus reservas eran de US$36.000 millones: en marzo de este año se situaban en unos 13.000 millones.
Desfondado, con una fuerte caída en el consumo interno y creciente pobreza, no sorprende que la demanda haya sufrido y que el precio del té se haya desplomado a su nivel más bajo en tres años.
Según le dijo Nadeem Ahmed, director de Global Tea and Commodities LTD -compañía que comercia unos 55 millones de kilos de té anuales-, la superproducción ha contribuido decisivamente a esta caída del precio.
"Las crisis políticas afectan los valores. La situación de Egipto, por ejemplo. Pero además hay una superproducción. Todos quieren desprenderse de sus cosechas ya mismo", explicó Ahmed.
El impacto
Los mercados no son mecanismos armónicos: dependen de la voluntad, decisión y suerte de intereses muchas veces contrapuestos.El principal exportador de té del mundo, Kenia, no podía anticipar la crisis egipcia que, por razones climáticas y productivas, coincidió con la mejor cosecha del país desde 2003.
Esta conjunción de elementos llevó a que el precio del té de mediana calidad, conocido como Pekoe Fanning 1, cayera a fines de agosto a US$2,64 el kilo, una disminución de un 34% respecto al año pasado y el valor más bajo desde 2010.
El té es clave en la balanza comercial de Kenia, equivalente a una quinta parte de sus exportaciones, unos US$1.000 millones anuales.
Y Egipto compra una quinta parte de sus exportaciones del producto.
Otros países afectados del este de Africa son Malawi, Uganda y Tanzania, algo que acaba de reconocer la East African Tea Traders Association (EATTA), que agrupa a las naciones exportadoras de la región.
El mercado del té se divide en el de alta calidad, que consumen los países desarrollados, y el de mediana y baja calidad.
Este último segmento ha sido el más afectado por la crisis egipcia.
El segundo exportador de té del mundo, Sri Lanka, también ha tenido su mejor cosecha en cinco años, pero el impacto en sus precios ha sido mínimo porque se concentra en otra región del planeta y otro tipo de té.
Incierto futuro
Nadie puede predecir cuánto tiempo durará la crisis en Egipto, pero está claro que los problemas económicos de la gravedad y magnitud actual no se resuelven en un año.Según le dijo Fadhel Kaboub, economista de la Universidad de Denison en Estados Unidos, la crisis egipcia es estructural.
"Estos indicadores son los síntomas de un problema profundo que ha sido negado por el gobierno de Mubarak, el de Morsi y el actual gobierno. Egipto sufre de un déficit comercial estructural. En otras palabras, las exportaciones de Egipto no generan suficientes dólares como para cubrir las importaciones y sus pagos de deuda externa", afirmó Kaboub.
Sumado a la crisis política, todo hace predecir unos años de sobresaltos.
Según una fuente del sector de la comercialización de té consultada que prefirió permanecer en el anonimato, los países africanos han hecho todo por diversificar sus mercados: la única solución que tienen ahora es reducir la producción.
"Lo de Egipto es más marginal. Si los productores quieren seguir vendiendo las mismas cantidades, el tema del precio del té en esta zona del África no tiene arreglo", le indicó esa fuente.
