Una doctora de la Universidad de Harvard explica el 'poder cura todo' del queroseno y la trementina, que, debidamente usados, son un potente aliado contra enfermedades infecciosas, autoinmunes, cáncer o artritis, entre otras.
En una entrevista concedida el pasado 14 de noviembre, la Dra. Jennifer Daniels, una reputada especialista en medicina alternativa, explicaba que el queroseno (aceite mineral derivado de la refinación de petróleo crudo) y la trementina (líquido que se obtiene de la resina de algunas plantas y árboles y que se suele utilizar como disolvente) pueden ser la mejor manera de eliminar los microbios patógenos y parásitos de la sangre y los intestinos, según ha informado el portal médico Endalldesease.com.
"[El queroseno] debilita las paredes celulares de patógenos y hongos, mientras que ayuda a mantener la integridad de las células humanas", afirmó Daniels. La idea de utilizar queroseno como cura del cáncer comenzó en la década de 1950, cuando a Paula Ganner, una mujer austriaca de 31 años de edad, sus médicos le dijeron que le quedaban dos días de vida. El cáncer que Paula padecía se había metastasiado provocándole parálisis de colon.
Así, Ganner empezó ingerir una cucharada de este aceite al día. Tres días más tarde, fue capaz de levantarse de la cama, y 11 meses después estaba viva y curada, y dio a luz a un niño sano.
En su entrevista, Daniels recuerda asimismo que en los siglos anteriores, rara vez la gente padecía cáncer, asma, alergias o enfermedades autoinmunes. Sin embargo, "tras la Segunda Guerra Mundial, esto cambió con el uso generalizado de los antibióticos".
Los antibióticos, explica Daniels, actúan no solo contra las bacterias, sino contra todas las células, y el resultado es la muerte de muchas de ellas en el proceso de eliminación de la infección. Los restos celulares muertos de antibióticos promueven el aumento de hongos para ayudar a descomponer y eliminar el material muerto, y las masas resultantes de los hongos son, según el autor Walter Last, "la raíz de la mayor parte de nuestras enfermedades modernas".
Algunos de los mayores enemigos de los bosques son los hongos y los parásitos. Como mecanismo de defensa evolutivo árboles y plantas desarrollaron varios compuestos químicos dentro de ellos para matar a estos invasores. El aceite de trementina, y otros aceites esenciales, se componen principalmente de hidrocarburos, como el queroseno.
"[El queroseno] debilita las paredes celulares de patógenos y hongos, mientras que ayuda a mantener la integridad de las células humanas", afirmó Daniels. La idea de utilizar queroseno como cura del cáncer comenzó en la década de 1950, cuando a Paula Ganner, una mujer austriaca de 31 años de edad, sus médicos le dijeron que le quedaban dos días de vida. El cáncer que Paula padecía se había metastasiado provocándole parálisis de colon.
El queroseno debilita las paredes celulares de patógenos y hongos, mientras que ayuda a mantener la integridad de las células humanasEntonces, Paula recordó que había leído en alguna parte que la trementina era un medicamento común entre los marineros durante la era de los descubrimientos, y uno de los productos transportados a bordo de la flota de Fernando de Magallanes en la primera vuelta al mundo.
Así, Ganner empezó ingerir una cucharada de este aceite al día. Tres días más tarde, fue capaz de levantarse de la cama, y 11 meses después estaba viva y curada, y dio a luz a un niño sano.
En su entrevista, Daniels recuerda asimismo que en los siglos anteriores, rara vez la gente padecía cáncer, asma, alergias o enfermedades autoinmunes. Sin embargo, "tras la Segunda Guerra Mundial, esto cambió con el uso generalizado de los antibióticos".
Queroseno vs. antibióticos
Los antibióticos, explica Daniels, actúan no solo contra las bacterias, sino contra todas las células, y el resultado es la muerte de muchas de ellas en el proceso de eliminación de la infección. Los restos celulares muertos de antibióticos promueven el aumento de hongos para ayudar a descomponer y eliminar el material muerto, y las masas resultantes de los hongos son, según el autor Walter Last, "la raíz de la mayor parte de nuestras enfermedades modernas".
Algunos de los mayores enemigos de los bosques son los hongos y los parásitos. Como mecanismo de defensa evolutivo árboles y plantas desarrollaron varios compuestos químicos dentro de ellos para matar a estos invasores. El aceite de trementina, y otros aceites esenciales, se componen principalmente de hidrocarburos, como el queroseno.