Según investigadores de la Universidad de Cambridge, (Reino Unido), comer alrededor de 55 gramos de queso puede prevenir en un 12 % el desarrollo de diabetes tipo 2 gracias a su alto contenido en grasas saturadas, las cuales pueden tener un efecto protector contra la enfermedad.
Este efecto protector también está relacionado con las bacterias probióticas en el queso, que pueden disminuir el colesterol y producir ciertas vitaminas que protegen contra la diabetes y enfermedades cardíacas.
No obstante, los investigadores, cuyo trabajo fue publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, recomiendan moderar el consumo de queso, ya que los ácidos que aportan en combinación con una alta cantidad de otros alimentos, como la carne, pueden aumentar el riesgo de sufrir diabetes tipo 2.
El queso es considerado un ingrediente saludable para la dieta de pacientes con diabetes porque tiene un índice glucémico muy bajo y mejora la forma cómo el cuerpo reacciona a la insulina, si se ha hecho resistente a ella.
Asimismo, es bajo en hidratos de carbono que eventualmente se convierten en azúcar que se libera en el torrente sanguíneo, a medida que se descompone en el cuerpo.
