Botánicos de EE.UU. revelaron que el 'manuscrito Voynich', un antiguo libro escrito en una lengua todavía no descifrada, contiene una descripción de la flora y fauna del Nuevo Mundo y podría estar redactado al menos parcialmente en una lengua azteca.
Arthur Tucker y Rexford Talbert, de la Universidad de Delaware, publicaron un artículo en la revista del Consejo Botánico de EE.UU. HerbalGram en el que afirman haber encontrado similitudes entre las misteriosas plantas no identificadas mostradas en el famoso 'manuscrito de Voynich' e ilustraciones que aparecen en los antiguos libros botánicos de México. Los autores de la investigación creen que esta semejanza puede indicar que uno de los manuscritos medievales más misteriosos podría tener su origen en el país norteamericano.
Los científicos lograron identificar 37 de las 303 plantas presentadas en el manuscrito, seis animales y un mineral que coinciden con las ilustraciones mexicanas. Según sus palabras, estos objetos son originarios de los estados estadounidenses de Texas y California y del territorio de Nicaragua, lo que puede significar que el manuscrito contiene una descripción de algún antiguo "jardín botánico que habría estado situado en el centro de México".
Los botánicos proponen realizar una mayor investigación para comprobar si el documento histórico podría haber sido escrito en alguno de los antiguos dialectos aztecas. Tucker y Talbert suponen que podría tratarse del náhuatl, una lengua que se sigue hablando en varias zonas de México en la actualidad.
El manuscrito, encontrado por el vendedor de libros Wilfrid Michael Voynich, marido de la escritora irlandesa Ethel Lilian Voynich, en un monasterio italiano en 1912, al parecer data de la primera mitad del siglo XV. El libro contiene más de 400 pequeñas ilustraciones de ninfas desnudas, plantas no identificadas, diagramas astrológicos y páginas de texto escrito en un alfabeto desconocido.
Los dibujos muestran curiosos arabescos y tubos que parecen intestinos, figuras femeninas desnudas, estrellas y constelaciones y cientos de plantas de extraño aspecto. Asimismo, la abundancia de especímenes vegetales sugiere que puede tratarse de un herbario, un libro de texto mitad científico, mitad mágico, que describía las cualidades místicas y médicas de las plantas y su preparación.
Los científicos lograron identificar 37 de las 303 plantas presentadas en el manuscrito, seis animales y un mineral que coinciden con las ilustraciones mexicanas. Según sus palabras, estos objetos son originarios de los estados estadounidenses de Texas y California y del territorio de Nicaragua, lo que puede significar que el manuscrito contiene una descripción de algún antiguo "jardín botánico que habría estado situado en el centro de México".
Los botánicos proponen realizar una mayor investigación para comprobar si el documento histórico podría haber sido escrito en alguno de los antiguos dialectos aztecas. Tucker y Talbert suponen que podría tratarse del náhuatl, una lengua que se sigue hablando en varias zonas de México en la actualidad.
El manuscrito, encontrado por el vendedor de libros Wilfrid Michael Voynich, marido de la escritora irlandesa Ethel Lilian Voynich, en un monasterio italiano en 1912, al parecer data de la primera mitad del siglo XV. El libro contiene más de 400 pequeñas ilustraciones de ninfas desnudas, plantas no identificadas, diagramas astrológicos y páginas de texto escrito en un alfabeto desconocido.
Los dibujos muestran curiosos arabescos y tubos que parecen intestinos, figuras femeninas desnudas, estrellas y constelaciones y cientos de plantas de extraño aspecto. Asimismo, la abundancia de especímenes vegetales sugiere que puede tratarse de un herbario, un libro de texto mitad científico, mitad mágico, que describía las cualidades místicas y médicas de las plantas y su preparación.