Científicos de la Universidad de Buckingham afirman haber resuelto uno de los misterios que desde hace siglos están envolviendo el famoso monumento megalítico ubicado en Gran Bretaña.
Los científicos británicos afirman que Stonehenge fue construido por los indígenas británicos que habían vivido en la zona desde hace miles de años, en contra de las teorías anteriores que sostenían que el monumento fue erguido en un paisaje vacío por migrantes de Europa continental, informa 'The Huffington Post'.
En octubre pasado, un equipo liderado por el arqueólogo David Jacques llevó a cabo una excavación arqueológica en un sitio a unos 2,5 kilómetros de Stonehenge en la que fueron desenterradas herramientas de pedernal y huesos de uro, animales ya extintos parecidos a los toros que servían de alimento para los pueblos antiguos. La datación de carbono de los artefactos mostró que hoy en día Amesbury, un área que incluye el lugar de excavación y el propio Stonehenge, ha sido continuamente ocupado desde el 8820 a.C., lo cual lo convierte en la zona continuamente ocupada más antigua de Gran Bretaña.
"El sitio arroja luz sobre la Revolución Neolítica de varias maneras", declaró Jacques en un comunicado, haciendo referencia a la hipótesis de que esos migrantes impulsaron la transición de Gran Bretaña de un cazador-recolector a una sociedad agrícola en el siglo VI a.C. "Proporciona evidencia de la gente que se quedaba en un sitio, limpiaba la tierra, construía y posiblemente veneraba los monumentos", explica el arqueólogo.
Según los investigadores, antes de erguir Stonehenge, la gente que habitaba la zona instaló entre 8820 y 6590 a.C. unas gigantescas maderas, precursoras del monumento megalítico. "El área fue claramente un punto central para que la gente llegara desde muchos sitios a kilómetros de distancia, y en muchos sentidos fue un precursor de lo que más tarde sería el propio Stonehenge", afirma Jacques.
En octubre pasado, un equipo liderado por el arqueólogo David Jacques llevó a cabo una excavación arqueológica en un sitio a unos 2,5 kilómetros de Stonehenge en la que fueron desenterradas herramientas de pedernal y huesos de uro, animales ya extintos parecidos a los toros que servían de alimento para los pueblos antiguos. La datación de carbono de los artefactos mostró que hoy en día Amesbury, un área que incluye el lugar de excavación y el propio Stonehenge, ha sido continuamente ocupado desde el 8820 a.C., lo cual lo convierte en la zona continuamente ocupada más antigua de Gran Bretaña.
"El sitio arroja luz sobre la Revolución Neolítica de varias maneras", declaró Jacques en un comunicado, haciendo referencia a la hipótesis de que esos migrantes impulsaron la transición de Gran Bretaña de un cazador-recolector a una sociedad agrícola en el siglo VI a.C. "Proporciona evidencia de la gente que se quedaba en un sitio, limpiaba la tierra, construía y posiblemente veneraba los monumentos", explica el arqueólogo.
Según los investigadores, antes de erguir Stonehenge, la gente que habitaba la zona instaló entre 8820 y 6590 a.C. unas gigantescas maderas, precursoras del monumento megalítico. "El área fue claramente un punto central para que la gente llegara desde muchos sitios a kilómetros de distancia, y en muchos sentidos fue un precursor de lo que más tarde sería el propio Stonehenge", afirma Jacques.