El
colofón, broche de oro, guinda, remate, punto y aparte de la primera
etapa de Gillan, es decir, la Ian Gillan Band, tras dejar Deep Purple,
no podía ser otro que un directo grabado en uno de los templos sagrados
del Rock, el mítico Budokan japonés.
Una
etapa exhaustiva para uno de los cantantes más impresionantes que vio
la raza humana, en la que publicó tres discos en dos años ('Child In
Time', Clear Air Turbulence' y 'Scarabus', 1976-77). Una etapa que,
dicho sea de paso, fue acogida con sorpresa primero y cierta
indiferencia después debido al giro musical que la Ian Gillan Band
representaba frente a Purple.
Estos dos factores (actividad frenética y
dirección musical errática) llevaron a Ian Gillan a dar por acabado el
experimento, pero sólo para volver al redil del Hard Rock bajo el
epígrafe 'Gillan'.... Pese a lo comentado anteriormente, musicalmente la
Ian Gillan Band fue un proyecto como mínimo interesante, con esa fusión
de Rock, blues, jazz, 'prog'... un gazpacho que era muy sabroso pero
que sabía a poco después del caviar 'Deep Purple'. En definitiva, un
directo imprescindible para fans del voceras y muy recomendable para los
simplemente melómanos.