Un fallo frenó a último momento la primera prohibición en EE.UU. a las bebidas azucaradas.
Las bebidas gaseosas son por estas horas eje de una encendida
polémica en Nueva York, donde se convirtieron en un tema de Estado. Es
que hoy tenía que entrar en vigencia la prohibición de vender estas
bebidas en envases extra grande, pero la medida se frenó a último
momento por un fallo judicial.
La restricción a las gaseosas y
otras bebidas azucaradas es impulsada por el alcalde neoyorquino,
Michael Bloomberg, quien pese al freno judicial se comprometió a seguir
con sus planes en contra de los vasos grandes. Esta nueva normativa
prohíbe en la ciudad la venta de cualquier bebida azúcarada (gaseosas,
cafés y milk shakes, entre otras) en vasos de 470 mililitros. Y se
aplica en todos los lugares donde se vendan estos productos: cadenas de
comida rápida, carritos callejeros, estadios y cines. Sin embargo, el
juez de la Corte Suprema estatal Milton Tingling la anuló el lunes,
alegando que era una medida arbitraria y fuera del ámbito de los
reguladores sanitarios locales.
Así, los locales de venta de
bebidas y alimentos consiguieron un aplazamiento de último minuto a la
primera prohibición del país a las bebidas azucaradas grandes. "El fallo
del tribunal da un respiro a los neoyorquinos y miles de pequeños
establecimientos en la ciudad de Nueva York a los que se habría
perjudicado con esta prohibición arbitraria e impopular", afirmaron
desde la Asociación de Bebidas de Estados Unidos.
Pero Bloomberg
instó a los comercios a que igual reduzcan el tamaño de sus vasos y
botellas. En una entrevista con el programa "Late Show with David
Letterman", Bloomberg defendió la normativa como pionera contra la
obesidad y dijo que las empresas deben cumplir con ella para demostrar
que les preocupa la salud de sus clientes: "Si ustedes saben que lo que
hacen daña la salud de las personas, el sentido común dice que si les
importa, dejarán de hacerlo", dijo, y anticipó que va a apelar. La
batalla judicial contra el azúcar recién empieza.