El estudio se desarrolló sobre 179 personas que padecían fiebre del heno durante 12 semanas, pues resultó que el 39 por ciento de ellos tuvieron más de un ataque sintomático, debido a altos niveles de estrés que tenían en comparación con los que no tuvieron síntomas alérgicos durante el periodo de estudio.
El 64 por ciento de los participantes con niveles más altos de estrés tuvieron más de 4 ataques sintomáticos a lo largo de 2 periodos de 14 días, según los hallazgos.
No hubo un vínculo significativo entre el estrés y los ataques sintomáticos en el mismo día, no obstante muchas personas tuvieron ataques sintomáticos días después de haber experimentado un mayor estrés diario, indica la investigación.
De acuerdo con la autora del estudio, la Dra. Amber Patterson, de la Universidad Estatal de Ohio (EE.UU.), el estrés puede provocar varios efectos negativos sobre el cuerpo, como, por ejemplo, provocar más síntomas a las personas que sufren alergias.
“Nuestras investigaciones han demostrado también que los que tenían ataques de alergia con mayor frecuencia también tenían un estado de ánimo más negativo, lo que puede llevar a dichos ataques", agregó.
Los síntomas, como estornudar, moqueo nasal y ojos llorosos, según indicó Patterson, pueden provocar estrés a los que sufren alergias, y podrían ser incluso la causa de estrés para algunas personas. "Aunque aliviar el estrés no curará las alergias, sí que podría ayudar a reducir los episodios de síntomas intensos", destacó.
La meditación y la respiración profunda; tener tiempo para la diversión y la relajación; comer bien, dormir lo suficiente y hacerse cargo de las cuestiones de la salud; pedir ayuda a algún familiar, compañero de trabajo o trabajador social, y eliminar las cosas que provocan estrés y aprender a afrontarlo mejor, son algunas maneras de reducir y controlar el nivel de estrés.
