La
aspirina, el medicamento centenario sigue siendo una caja de sorpresas.
Combate la fiebre, el dolor y la inflamación y se ha convertido también
en el mejor guardián del corazón. Ya nadie duda de que una aspirina
diaria salva vidas al evitar obstrucciones en las arterias que pueden
conducir a un infarto. Pero ahí no terminan sus bondades. En los últimos
años un goteo de investigaciones han apuntado al ácido acetilsalicílico
como una fórmula para prevenir la aparición de tumores, y sobre todo
del cáncer de colon.
La revista médica «The Lancet» publica ahora tres nuevos estudios que
no solo confirman su papel protector sino que avalan su utilidad en el
tratamiento de otros tumores, como el cáncer de próstata, pulmón o
vejiga. Y todo con un medicamento que apenas supera los tres euros por
envase. Los tres trabajos pertenecen a la Universidad de Oxford y están
dirigidos por el profesor Peter Rothwell.
Este
especialista ya había establecido que una aspirina diaria reduce el
riesgo de morir por un cáncer a largo plazo. Sin embargo, sus efectos a
corto plazo estaban menos claros, especialmente en las mujeres. Tampoco
se había determinado cuál era el riesgo-beneficio
de consumir durante años una dosis diaria del medicamento. Riesgos como
sufrir una hemorragia, uno de los principales peligros de su toma. Las
respuestas han llegado con estas nuevas investigaciones.
En
uno de estos trabajos se comprobó que el riesgo de morir por cáncer se
redujo en un 37% en los participantes que la tomaban de forma diaria.
Este efecto positivo se conseguía casi en la misma proporción tanto en
hombres como en mujeres.
La
posibilidad de sufrir un sangrado o una hemorragia también se detectó,
aunque se vio cómo se minimizaba a lo largo del tiempo. Paradójicamente,
los autores encontraron que los casos fatales por hemorragia cerebral
fueron más bajos en el grupo de pacientes que tomaban aspirina diaria
que los del grupo control. Sin el riesgo de hemorragia, el equipo de
Peter Rothwell cree que hay más razones para recomendar la toma de una
aspirina diaria como fórmula para prevenir la aparición de tumores.
En
los otros dos estudios se ofrecen las primeras pruebas de que el
medicamento centenario es capaz de evitar la extensión de un tumor a
otros órganos y prevenir la temida metástasis. Esto se demostró en
pacientes con cáncer de colon, pulmón y de próstata.
La
aspiración a prevenir el cáncer con la aspirina viene de lejos. Fue en
los años 70 cuando los científicos decidieron pensar que podría haber
una causa efecto en aquellos estudios en los que los consumidores de
aspirina parecían protegidos frente al cáncer de colon. Aunque los
estudios más sesudos empezaron a aparecer diez años más tarde. El efecto
protector de la aspirina y del resto de medicamentos con propiedades
similares (antiinflamatorios no esteroideos) está en su poder
antiinflamatorio y quizá también en su capacidad antiplaquetaria.