viernes, mayo 25, 2012

De repente, las ranas vuelven a tener dientes

Llevaban 200 millones de años sin ellos y una especie los ha recuperado, lo que va en contra de una ley de la evolución.

Un nuevo estudio afirma que las ranas vuelven a tener dientes en la mandíbula inferior, tras 200 millones de años sin ellos. Según los expertos, dicho descubrimiento cuestiona una de las piedras angulares de la teoría evolutiva.

De las más de 6.000 especies de ranas, sólo una, una rana marsupial arborícola denominada Gastrotheca guentheri, cuenta con dientes tanto en la mandíbula superior como en la inferior. La mayoría de las ranas sólo presentan minúsculos dientes en la mandíbula superior.

 La mayoría de las ranas sólo presentan minúsculos dientes
en la mandíbula superior

Un nuevo análisis del árbol genealógico de las ranas revela que su antepasado común, que presentó durante mucho tiempo dentición en la mandíbula inferior, la perdió hace más de 230 millones de años, antes de que se extinguiera por completo.

La rana marsupial G. guentheri no presentaba dentición inferior, hasta que “de repente, hace entre unos 5 y 15 millones de años, apareció”, afirma John Wiens, autor de un reciente estudio sobre este fenómeno.

Según Wiens, biólogo evolucionista de la Stony Brook University en el Estado de Nueva York, dicho descubrimiento va en contra de un principio denominado la ley de Dollo, que establece que las estructuras físicas perdidas durante el proceso evolutivo no se pueden recuperar.
 
De hecho, la reaparición de los dientes puede haber sacado a la luz la laguna de la ley: que es “más fácil volver a desarrollar cosas si ya las tienes en otro lugar”, dice Wiens. Dicho de otra forma, la rana “no tenía que crear los dientes en la mandíbula inferior desde cero, porque ya los tenía en la superior”.

 

 

Perder la cola

 

En general, perder rasgos complejos es normal durante el proceso evolutivo. Según el estudio, el ser humano y las ranas han perdido las colas, la mayoría de las serpientes, las extremidades, y las aves y tortugas han perdido los dientes.
 
Sin embargo, durante los últimos ocho años, otros estudios han descubierto que dichos rasgos avanzados están volviendo a aparecer, como las alas en los insectos palo y los dedos en los lagartos.

En su estudio, Wiens empleó métodos estadísticos para trazar la evolución de los dientes en el árbol genealógico de 170 especies de anfibios hasta llegar al antepasado común de las ranas. El científico empleó una combinación de datos, entre los que destacan secuencias de ADN, tanto de ranas existentes en la actualidad como de anfibios fósiles.

Una teoría alternativa explica que la dentición de la mandíbula inferior se perdió en cientos de otras especies de rana, pero no en la G. guentheri. “No es imposible pero es muchísimo más probable que la dentición se perdiera y se recuperara más tarde”, apunta Wiens, cuyo estudio apareció en enero en la revista especializada accesible desde Internet Evolution.

Gunter Wagner, biólogo evolucionista de la Universidad de Yale, opina que, de todas las investigaciones recientes que cuestionan la ley de Dollo, “ésta es, probablemente, la menos discutible”. No obstante, Wagner, quien no participó en el estudio, apunta que la suerte tuvo algo que ver: Wiens encontró un animal lo suficientemente aislado en el árbol genealógico como para que los resultados sean consistentes e “incuestionables”.

“Se trata de un caso claro de readquisición de una estructura morfológica compleja perdida, lo cual, según las teorías actuales, es imposible”.

 

 

Un misterio

 

Ambos científicos coinciden en que se desconoce el motivo por el que los dientes han reaparecido. “En la mayoría de las ranas, los dientes no son importantes. Los animales suelen usar más la lengua que los dientes para atrapar insectos”, afirma el autor del estudio.

A pesar de lo anterior, para algunas especies de ranas carnívoras, entre las que se encuentra un grupo denominado ranas Pacman, los dientes tienen una mayor importancia a la hora de atrapar a las presas. Dichas ranas presentan dientes acolmillados en la mandíbula superior y, en ciertos casos, pinchos parecidos a dientes en la inferior. Sin embargo, y a diferencia de la G. guentheri, esos pinchos en la mandíbula inferior no se consideran verdaderos dientes.

Wagner, de la Universidad de Yale, apunta que el hecho de que estructuras semejantes a los dientes aparezcan más a menudo que dientes propiamente dichos significa que la evolución de la dentición no se produce de forma automática cuando surge la necesidad de la misma.

Si tenemos en cuenta lo anterior, la selección natural (el proceso por el que con el paso del tiempo los rasgos ventajosos se convierten en comunes para una especie) “no resulta suficiente para explicar” por qué la rana marsupial arborícola ha recuperado la dentición inferior. “Puedo decir con toda seguridad que no lo sabemos”, afirma Wagner. “Es una cuestión realmente interesante”.