La revista científica Nature publicó ayer uno de los dos informes
sobre mutaciones provocadas en laboratorios del virus de la gripe aviar
(H5N1) que el pasado mes de diciembre censuró el Gobierno de Estados
Unidos por miedo a que se emplearan con fines terroristas. El estudio
que ahora ha visto la luz, después de meses de tensión entre la Casa
Blanca y la comunidad científica, es el elaborado por Yoshihiro Kawaoka,
de la Universidad de Wisconsin en Madison.
El virus de la gripe aviar es letal en los humanos. Aun así, hasta ahora no había conseguido transmitirse fácilmente a través de vías como las que emplean otros virus, como gotas en el aire, aprovechando los estornudos o la tos de los sujetos infectados. El estudio del doctor Kawaoka analiza tres mutaciones inducidas que pueden expandirse a través del aire entre hurones, unos animales que son considerados útiles para analizar cómo transmitirse la gripe entre los humanos.
En diciembre, el Consejo Nacional de Asesoramiento para la Bioseguridad de la Ciencia, dependiente del Ejecutivo norteamericano, pidió que no se publicara el estudio de Kawaoka, así como otro que apuntaba a unas conclusiones similares, elaborado por el doctor Ron Fouchier, del Colegio Médico Erasmus de Holanda y que iba a imprimirse en la revista Science. Como alternativa, el Gobierno de EE UU ofreció que se publicaran versiones resumidas, de referencia.
Ese Consejo se creó en 2001, justo después de los atentados terroristas contra Nueva York y Washington y la oleada de misivas infectadas con ántrax, que mataron a cinco personas. Su objetivo es asesorar al Departamento de Sanidad para evitar que los estudios científicos se puedan emplear para provocar ataques bioterroristas. En su petición sobre los estudios del virus de la gripe aviar contó con el asenso del Instituto Nacional de Salud, la principal institución de investigaciones científicas de EE UU.
Finalmente, después de consultar con diversos expertos en bioterrorismo y científicos dedicados a la investigación del virus H5N1, así como con la Organización Mundial de la Salud, el Consejo Nacional de Asesoramiento para la Bioseguridad de la Ciencia decidió dar marcha atrás y votó unánimemente a favor de la publicación de uno de los dos estudios, el de Kawaoka, que es el que esta semana ha visto la luz. Además, sus miembros votaron 12 contra 6 a favor de publicar el otro, el de Fouchier.
Los cambios que se han introducido llevan a otro virus de la gripe, el H1N1 que provocó la alerta hace tres años, informa Emilio de Benito. Porque, de una manera resumida, lo que han hecho los investigadores es modificar la proteína hemaglutinina de la superficie del virus H5N1 con cuatro genes del H1N1. Tres de ellos le confieren la propiedad clave para la fácil transmisión: que se una bien a las células de las vías respiratorias que tiene que infectar. El cuarto es estructural y da estabilidad a la nueva cubierta vírica.
El virus de la gripe aviar es letal en los humanos. Aun así, hasta ahora no había conseguido transmitirse fácilmente a través de vías como las que emplean otros virus, como gotas en el aire, aprovechando los estornudos o la tos de los sujetos infectados. El estudio del doctor Kawaoka analiza tres mutaciones inducidas que pueden expandirse a través del aire entre hurones, unos animales que son considerados útiles para analizar cómo transmitirse la gripe entre los humanos.
En diciembre, el Consejo Nacional de Asesoramiento para la Bioseguridad de la Ciencia, dependiente del Ejecutivo norteamericano, pidió que no se publicara el estudio de Kawaoka, así como otro que apuntaba a unas conclusiones similares, elaborado por el doctor Ron Fouchier, del Colegio Médico Erasmus de Holanda y que iba a imprimirse en la revista Science. Como alternativa, el Gobierno de EE UU ofreció que se publicaran versiones resumidas, de referencia.
Ese Consejo se creó en 2001, justo después de los atentados terroristas contra Nueva York y Washington y la oleada de misivas infectadas con ántrax, que mataron a cinco personas. Su objetivo es asesorar al Departamento de Sanidad para evitar que los estudios científicos se puedan emplear para provocar ataques bioterroristas. En su petición sobre los estudios del virus de la gripe aviar contó con el asenso del Instituto Nacional de Salud, la principal institución de investigaciones científicas de EE UU.
Finalmente, después de consultar con diversos expertos en bioterrorismo y científicos dedicados a la investigación del virus H5N1, así como con la Organización Mundial de la Salud, el Consejo Nacional de Asesoramiento para la Bioseguridad de la Ciencia decidió dar marcha atrás y votó unánimemente a favor de la publicación de uno de los dos estudios, el de Kawaoka, que es el que esta semana ha visto la luz. Además, sus miembros votaron 12 contra 6 a favor de publicar el otro, el de Fouchier.
Los cambios que se han introducido llevan a otro virus de la gripe, el H1N1 que provocó la alerta hace tres años, informa Emilio de Benito. Porque, de una manera resumida, lo que han hecho los investigadores es modificar la proteína hemaglutinina de la superficie del virus H5N1 con cuatro genes del H1N1. Tres de ellos le confieren la propiedad clave para la fácil transmisión: que se una bien a las células de las vías respiratorias que tiene que infectar. El cuarto es estructural y da estabilidad a la nueva cubierta vírica.